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miércoles, 7 de julio de 2010

IMAGINEROS EN CANARIAS


                             Las distintas iglesias en el Archipiélago contienen auténticas obras de arte, que no pasan desapercibidas por los feligreses ni, tampoco, a los ojos del investigador o historiador de nuestro patrimonio artístico-religioso. La brillantez de todas ellas es elogiada en gran parte como un legado de nuestros antepasados o, también, como un enriquecimiento de nuestros templos por motivos de solemnidad y de ampliación en los pasos procesionales, pertenecientes a diferentes cofradías y hermandades.
                             Antes de seguir quisiera hacer presente el pensamiento de Antonio Castillo Lastrucci, que dice así: “La mañana, la tarde, la noche… y muchas madrugadas. Para el artista no debe sonar la campana del reloj. El buril es un puñal que se hunde en las entrañas de la madera; hacer poesía el cedro, con el ciprés: dar la medida justa a lo que llevamos dentro…”.
                             La imaginería es un campo bastante amplio en el área del arte y complejo en la valoración de piezas, que con profundo sentido religioso y popular han salido del ingenio de un imaginero. Las Islas Canarias, con gran esplendor, han tenido en todos los tiempos sus propias escuelas en tal ramo, que no podemos olvidar nombres de gran valía en el patrimonio histórico-artístico, aunque, tengamos que lamentar en gran parte, la existencia de tantas obras anónimas con caracteres extraordinarios.

ESBELTA HERMOSURA

  La esbelta Hermosura transportada
al alma de esta ciudad palmesana
es Azucena blanca, Soberana,
del alba místicamente adorada.


  Sus proezas por querubines cantadas
son preludios como ecos de campana,
trinos celestiales en mi ventana,
para gloria de la Beldad amada.

  La Palma a sus pies rinde homenaje
al Dios de la vida, Fuerza inmortal,
agradeciendo el sublime Linaje.

  Pórtico santo, divino portal,
acoge a la Madre en fúlgido viaje
del monte a la orilla, Fiesta Lustral.


A la Bajada de Nuestra Señora de Las Nieves. Santa Cruz de La Palma.

MÍSTER SABAS

     Copiosamente se habla de alguien que caló profundamente en el sentir de una sociedad palmera de la primera mitad del siglo XX. ¿Quién es Mr. Sabas? Es un domador de leones que murió de los disparos de las fuerzas del Orden Público (1935), por defender al viejo león y querido Sultán, cuando se escapó de la jaula del circo yugoslavo y deambulaba por las calles de Santa Cruz de la Palma. La transmisión del hecho hasta hoy se ha convertido en una leyenda. El secreto sigilosamente guardado del fatal suceso ha sido revelado, a los 75 años después, por el ponente e investigador Anelio Rodríguez Concepción en la misma fecha, 21 de enero, de su óbito en la Casa Principal de Salazar. Es y será un acontecimiento revelador del interés que la vida circense tuvo hasta lo mediado de la pasada centuria entre los isleños. La conexión con el inolvidable Circo Toti, regentado por su hermano Pedro, nos convierte nostálgicos y acreedores de una etapa diferente llena de vivencias. Aún, recuerdo aquel Teatro Popular Español con sus sensacionales secciones espectaculares y lista de grandes actores y actrices. Siguiendo con un largo etcétera de anécdotas, menciono la parodia del artista de variedades de la mencionada carpa de espectáculos, Crespo, que salía con guantes de boxeo puestos y canturreaba: “Doroteo, Doroteo no te metas en boxeo, que te van a poner feo y te vas a fastidiar”. Aludiendo al pregonero, Cañadulce, se popularizó el dicho: “eres un cañadulce”.

     No voy a finalizar, sino a indicar el lugar del nicho, parte posterior del Patio Tercero del cementerio capitalino, en donde se hallan los restos mortales del protagonista de esta columna, que marcó un antes y un después a su vida, número 48: El Señor don Sabas Jorge Vix / 22-01-1935 a los 48 años / Recuerdo de su hermano Pedro / y sobrinos del Circo Toti / Homenaje de los amigos de La Sabatina / 22 de enero 2005.