Llevamos dos años y medio, aproximadamente, con la misma
letanía de erre con erre con la pandemia y no encontramos una solución
definitiva para acabar con este mal, que nos está haciendo bastante daño, sino
todo lo contrario y cada vez se empeora la situación de forma alarmante. A
todos nos han transformado los hábitos de manera distinta de como lo hacíamos
antes del confinamiento, con medidas rigurosas de seguridad para evitar el
contagio y pérdida de salud. Pensar en solucionar la salida del COVID-19, se
nos hace un poco fastidioso conseguirlo cuesta arriba, se hace eterno a la par
que angustioso. Guardando las distancias y las medidas de higiene, como suma
prestancia a los consejos dictados por las autoridades sanitarias, tanto
nacionales, como regionales y municipales, podemos avanzar muchísimo en tal
ardua tarea. Resumiendo, el contenido redactado, no sabemos lo que nos deparará
la muy temida, pero real última ola, que no es, según parece, una mutación del
virus, sino una asociación definida en los cánones epidemiológicos. Las autoridades de Chipre han detectado hasta 25 casos de la infección con una versión combinada de las variantes delta y ómicron del coronavirus SARS-CoV-2: Deltacron.