Escribir sobre la importancia de un erudito e ilustre hijo
de La Palma, es hacerlo con orgullo en el sentido superlativo gramatical,
porque es todo un compendio de sabiduría, de esfuerzo en el bregar de la vida y
sobresaliente en muchísimas áreas que componen un todo extenso, no solo de
forma de conjunto, sino de sobresaliente en contenido en el mundo de la
investigación y estudio de lo que sea novedoso para mantenerlo en la memoria de
futuras generaciones ávidas de aprender y conservar lo transmitido. Fue un
escritor, etnólogo y folclorista. Se licenció en derecho en la universidad de
Madrid y, posteriormente, se doctoró en Filosofía y Letras en el mismo centro
educativo, en la sección de Geografía e Historia. Colaboró en la prensa de
diversas ciudades. Desde muy joven recopiló y estudió abundantes materiales de
literatura oral, dialectología y etnografía, construyendo un archivo rico y
determinado a nivel personal, que amplió y compartió con diversas instituciones
académicas y museos.