Pensar en junio en la salida del COVID-19, se hace eterno a
la par que angustioso, la Semana Santa no se celebró con actos visibles,
procesiones en las calles, sino con austeridad dentro de los templos con riguroso
cuidado, guardando las distancias y las medidas de higiene, con suma prestancia
a las órdenes dictadas por las autoridades sanitarias, tanto nacionales como
autonómicas regionales (CCAA) y municipales. Resumiendo, el contenido
redactado, no sabemos lo que nos deparará la, muy temida pero real, cuarta ola.