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lunes, 16 de mayo de 2011

BEATO JUAN PABLO II

                              Sin ninguna duda me integro a los miles de católicos, que el pasado domingo, uno de mayo, en la Basílica y la Plaza de San Pedro se llenaron de alegría al ser designado “Beato” Juan Pablo II, Karol Józel Wojtyla Kaczorowska (1920-2005), 264 sucesor y que consta en el friso de la nave central del templo de San Pablo Extramuros, el segundo más grande de la capital itálica. Deseo hacer posible la semblanza de un hombre carismático, persona influyente y popular de los últimos tiempos. No me subordina en absoluto lo conocido por todos, para que tome la decisión no condicionada de mis sentimientos, manifestando las hondas impresiones personales hacia él. Las palomas del Vaticano, pregoneras de la paz y el fragor de un millón, aproximadamente, de seguidores y simpatizantes del sublime polaco, apodado Juan Pablo Magno, revoletean frenéticamente al unísono por el júbilo incontenible de las campanas.