Es un problema muy serio y difícil de erradicar. Es un
vandalismo incontrolable socialmente cuando pretendemos vivir en paz en un
recién estrenado milenio. Lamentablemente somos protagonistas de acciones nada
agradables, hechas por muchos. Las contradicciones se suceden sin razones
evidentes, que por unanimidad son rechazadas en un frente común, consiguiendo
unos resultados insultantes.