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domingo, 1 de junio de 2025

LOS TIEMPOS DEL MAESTRO MÚSICO

         Fue una parte muy suya y modelada a su manera de ser y desenvolverse a sus anchas en una sociedad diferente y expectante a los cambios y acontecimientos notables, que hizo cambiar las más grandes estructuras confortadas rígidamente en la Europa de un lado y de otro sentido y nivel económico. Sucesivamente fue suscitando ideas nuevas del paisaje y la vista panorámica que se divisa al socaire del Risco de La Concepción. Mi infancia se desliza suavemente por aquella plaza del Tanquito, de tierra y con muros de piedra al estilo de contención y de forma del contorno de la misma con una cruz en el centro o en distintos sitios para señalar el paso del tiempo, con la belleza del entorno y la magnanimidad de los vecinos, mientras la chiquillada de los alrededores jugaban al fútbol con una pelota hecha con papel grueso de periódicos o de ‘vaso’ sujeto con cordeles o hilo de ‘bala’, cuando las calles estaban empedradas y la hierba cubría el suelo como verdes y sepias alfombras, marcando los cambios estacionales. Frente a ella, en la calle Álamos, ahora Navarra, vivía una persona culta, admirada y preciada en un amplio círculo local, en el pequeño terruño o patria chica, que en las horas inusitadas del despuntar del día hasta la oscuridad de la noche, pasando por la placidez de la tarde, escuchábamos notas musicales con alas anacaradas volando, dibujando suaves círculos, salir del balcón de su casa, golpeadas por sabias manos en teclas de un elegante piano, transmitiendo la única y sensacional creación que mantuvo viva las mejores ilusiones en sus paisanos.