Vuela, vuela paloma a un lugar sereno
lleno de arena y sol de la tierra
modelando el contorno a fuego,
emanando silencio,
en donde hay guerra y no quieren
hablar de paz.
Aliento a muerte es un grito de libertad no liberado,
hierros retorcidos, ciudades
destruidas, llantos acallados
por el odio y la muerte:
por los niños que empiezan la
vida
por los hombres sin casa, ni
hogar,
por los pueblos que sufren la
guerra,
que haya paz y prosperidad.
En el corazón de los hombres reine el amor
y el horizonte sin trincheras, sin
frontera,
sin nada que lo manche con rojo de
sangre
y con lágrimas de dolor.
Basta ya, que cesen de explotar las bombas,
de sonar las sirenas, rompiendo el
silencio
con tristes episodios de odio, de
venganza
sin límite en espacio de lengua
universal.
Lejos sonríe el tiempo, con cara de perdón,
al formar una sombra más lenta
sobre el muro de la resistencia,
subió el silencio hasta su corazón.
Corre un viento callado sin furia,
en los ruidos del mundo. Allá sonríe
el tiempo,
por dejar de existir, de convivir
entre olores fratricidas
y humo de revancha, falta de diálogo
y de entendimiento…
Acércate, Señor, a mi lado y que sientas el calor de humildad,
la llama encendida de corazones
mancillados en tierra
sin paz y lumbre, sin pan ni un
hombro en donde apoyarse
y saciar la sed y el hambre de
caminar hacia la LIBERTAD.
(Por la PAZ del mundo y en todos
aquellos lugares de Europa)