No hay palabras para dibujar la emoción y devoción que los
feligreses sienten por su bella y carismática imagen mariana, todo se convierte
en retazos y frases inconexas cuando se quiere expresar algo referente a Ella,
bajo la advocación de La Luz. La emanación virginal que nos protege es la de la
mujer de esos ojos misericordiosos con un manto protector cerca del alma y
corazón.