Todo es sorpresa, todo es amor y devoción a una hermosa
imagen mariana, esbelta y elegante, que luce en julio su esplendor bajo un
cielo azul, fundido con la misma tonalidad del océano, que se extiende como una
alfombra con perfume a sal y a un sonoro poema de amor enmarcado por la luz del
sol y el latido de corazones ante el paseo por la bahía.