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domingo, 27 de octubre de 2013

LA ESTACIÓN DEPURADORA DE SANTA CRUZ DE LA PALMA

                              Seamos prudentes y no masacremos la belleza de Santa Cruz de La Palma. Me conforta verla coqueta y encantadora con ese no se qué tan peculiar lleno de historia, progreso y, sobre todo, creciendo paulatinamente en concordancia con lo tradicional y moderno integrado en el medio circundante. Hizo valer como ayuntamiento sus derechos democráticos oponiéndose a los regidores perpetuos, siendo pionero en España; primer puerto canario de importancia, después de Sevilla y Amberes (Bélgica); se anticipó en instalar la luz eléctrica, el teléfono y telégrafo en las islas, etcétera. No atentemos al pasado, presente y futuro de nuestro municipio. 
                              Me pregunto cómo son posibles las muchas aberraciones cometidas en determinadas zonas urbanas. Con razón suspiramos de manera lamentable por lo nefasto de tantos errores, pero es de sabio rectificar. La resistencia de numerosos políticos acostumbrados a una gestión opaca, consecuencia de la práctica del oscurantismo, formando parte de un puzle incompleto en el supuesto tópico de achacar a los de fuera lo que aquí no es de recibo y, por supuesto, amparándose en organismos acéfalos.
                              Dicen que vivimos del turismo y no lo dudo, siendo conscientes de mantener  y mostrar lo mejor de nuestra identidad. Sin embargo, actuamos en contra del patrimonio por intereses partidistas. Pienso, que a los técnicos de las distintas administraciones con sus argumentados informes no se les cayó el pelo de sus privilegiadas cabezas en pensar por mejorar mi ciudad.
Cuando los visitantes vieran el mamotreto, ya que lo ubican treinta metros más allá hacia la línea marítima con la posibilidad de que los gases no perjudiquen, según noticia aparecida en la Prensa provincial, dirían ¿qué es esto?, complicando el empleo de tan semejante artilugio antiestético y poco común para una población. ¿Para qué sirve?, su labor a desarrollar está relacionado con el funcionamiento de la estación de saneamiento y bombeo de las aguas residuales. ¿Por qué aquí?, suscita distintas disyuntivas entre empresarios y vecinos. 
En los últimos meses se propusieron alternativas para no dañar el entorno. La premura en el comienzo de las obras fue debida a no provocar un posible retraso en el proyecto de construcción de la nueva playa. No se trata de hacer lo más fácil, ni lo más barato, sino lo mejor para el bien comunitario.     

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