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domingo, 7 de abril de 2019

LA ESTANCIA DE WINSTON CHURCHILL EN LA PALMA

Mr. Winston Churchill
                              Siento el deseo de contar una experiencia o anécdota, como quieran llamarlo, que hace sesenta años me sucedió, siendo estudiante de bachillerato en el Instituto Nacional de Enseñanza Media de Santa Cruz de La Palma, si mal no recuerdo cursaba cuarto curso de enseñanza elemental, hoy no existente y ubicado en la calle O´Daly o Real. El acontecimiento fue esencial por su expectación y con muchos otros compañeros nos fugamos de la clase de francés, cuya profesora era Amalia Ávila Sanjuán, y no era para menos. La reprimenda no se hizo esperar, pero al final fue perdonado por el interés del momento.
                              El 24 de febrero de 1959 arribaba en el puerto de Santa Cruz de La Palma, alrededor de las tres de la tarde, el yate Christina de bandera liberiana, propiedad del magnate, armador griego, Aristóteles Onassis, que patrocinado por la Casa Cabrera, conocida por Aucona, consignataria designada por A. Paukner, desde Las Palmas de Gran Canaria para ocuparse de los trámites y operaciones pertinentes de dicha embarcación en su estancia en la Isla Verde de La Palma.
Christina. Bahía de S/C Palma
                              Cuando se hallaba a más de dos millas, con la máquina en marcha moderada, izó el trapo solicitando práctico, que poco después embarcó el capitán José Amaro Carrillo González-Regalado, cuya plaza en esta demarcación la desempeñaba desde abril de 1945. Por razones de seguridad fue acordado el fondearlo en mitad de la bahía. La llegada del barco y de sus ilustres pasajeros despertó una tremenda curiosidad, por lo que se congregó un gran número de personas para ser testigos de lo acaecido en las inmediaciones del desembarcadero.
                              Con la mirada vigorosa de contemplar lo increíble se sucede lo esperado con ansiedad, cuando en una falúa venía, junto a sus acompañantes, Winston Churchill (1874-1965), de ochenta y cuatro años de edad, con su inseparable puro y haciendo el signo de la victoria, mientras agitaba su sombrero.
Desembarco en La Palma
                              Ha sido uno de los mayores ilustres visitantes de todos los tiempos, siendo Premio Nobel de literatura en 1953, excelente orador, exprimer ministro británico e icono del siglo XX por su relevante participación en la Segunda Guerra Mundial.
                               Sorprendentemente, no faltaron curiosos datos, que han quedado inmortalizados en los anales memoriales de generaciones venideras: el tabaquero Manuel Roque Concepción, ya fallecido, le obsequió con un mazo de dicho trabajo artesanal, muy bien elaborados con autenticidad palmera. El político agradecido, al cabo de quince días, envió una carta elogiando la calidad de aquel producto. Por último, el taxista, Nelson Pestano, apodado “niño bueno”, se puso a disposición de la comitiva para recorrer el itinerario de Las Breñas, Villa de Mazo y Fuencaliente por la carretera general del sur. Una vez caída la tarde regresaron a la capital. No quiso cobrar sus honorarios del viaje y, entonces, le regaló el inglés una caja de tabacos con la siguiente dedicatoria “De Churchill a Nelson”.
Haciendo su habitual signo
                                   A lo largo de las líneas antecedentes, he pretendido reflejar un amplio abanico de referencias documentales, noticias bibliográficas, notas orales y vivencias acerca de un hecho concreto. El objetivo no ha sido otro, que el de proporcionar una visión amplia del evento ocurrido en ese ayer, alcanzado por mí y otros coetáneos.
                              En la Estación Marítima se ha colocado por el Excmo. Cabildo Insular una placa conmemorativa en honor de la mencionada visita, dando cumplimiento al acuerdo tomado en el Pleno correspondiente. Sin más intención, que celebrar el 50º aniversario, dicha Institución organizó una serie de actos como conferencias y exposición de fotografías con diferentes instantáneas alusivas.

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