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domingo, 14 de abril de 2019

SEA GLORIFICADO EL HIJO DEL HOMBRE

El Señor de la Burrita. Ermita de San Telmo. Domingo de Ramos
                              La Semana Mayor avalada por su tradición y popularidad entre muchos cristianos amantes del culto religioso y devocional a unas efigies de solera y de profundo arraigo en un entorno de valioso abolengo con un contenido de emotividad, que nos revelan la iconografía de una escena única de la Pasión, Muerte y Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo conmoviéndonos en el amor y entrega de Dios hecho hombre por la salvación de todos.
                              No sería completa la sacra celebración sin la lista de los artífices del libro de oro de los maestros, que hicieron posible la realidad palpable del acervo patrimonial de una ciudad católica por antonomasia, orden, respeto y fundamento de la fe y esperanza en la consecución de la misericordia de Dios.
La Magna. Estéves
                              Abrimos las puertas de los sombríos templos y la memoria salta a la palestra, que conjugando con las angostas y adoquinadas calles, pregonan a los cuatro vientos como la imaginería de tallas barrocas, neoclásicas, flamencas, americanas, peninsular e isleña de la Semana Santa de Santa Cruz de La palma brillan con luz propia. Es toda una referencia a la meditación de los recorridos, costumbres y hechos que tuve en mi juventud y madurez en el seno de una familia humilde integrada en sentimientos sencillos y ensamblados.
                              El desarrollo de la fiesta es producto de un largo proceso histórico, que si lo miramos desde el estricto punto de vista artístico, se ha nutrido con el paso del tiempo de grandes ejemplos en lo escultórico y musical. Ha crecido con nuevas aportaciones, logrando una excelente cronología de los sucesos representados con cofradías, que se renuevan anualmente, tambores y cornetas, chirimías de la Vera Cruz, palmeras, bandas, simbología…
Apóstol San Juan Evangelista
                              Desde mi infancia participé de una forma activa, cuando era un muchacho de poca edad y de pantalón corto, que hoy lo hago como uno más, fiel y devoto asistente de los actos y procesiones. Tenemos que ser capaces de conseguir que los jóvenes se comprometan, nosotros con ellos, a pesar de los tiempos que corren, para que el relevo generacional exista en abundancia, por fuerza tiene que producirse para mantener el esplendor de la Celebración, Pasión, Muerte y Resurrección del Señor, siendo una garantía de continuidad. No podemos defraudar a los que con tanto cariño y dedicación supieron recoger el testigo para trasladárnoslo.
                              En estas jornadas se desbordan las emociones acumuladas durante un año, se echan de menos a quienes no están por diversos motivos y habiendo estado presentes en nuestras miradas, compartiendo las horas con afecto, sufrimiento y amenas tertulias, entonces, se agolpan los recuerdos transformados en vivencias inolvidables.
El Nazareno. Miércoles Santo
                              No sé porqué, cuando empezamos a buscar datos, nos encontramos con distintas versiones, según el documento que consultemos que en la mayoría, por no decir en todos, se repite que es considerada como un auténtico museo al aire libre con pasos religiosos de gran visión artística y verdaderas obras de orfebrería extraordinarias de muchos siglos de historia, que nos hace sentir lo monumental plasmada en bellas y valiosas figuras, siendo la única que plasma la cronología de los relatos evangélicos. Y, por otra parte, es considerada de las mejores del Archipiélago por su esencia de espiritualidad, alcanzando desde el 2014 el reconocimiento de Interés Turístico de Canarias (ITC).
                              La Pascua anual no se convierta en un final, sino el principio de una vida nueva para no quedarnos indiferentes y que no sea un espacio para el descanso o evasión.
El Crucificado. Ezequiel de León
                              En el viejo régimen, cuando las mujeres no podían entrar a los recintos sagrados sin taparse la cabeza con un velo oscuro, las imágenes se ocultaban con un manto morado y los fieles se erigían como protagonistas, pero actualmente se hace en sentido recíproco. Los recuerdos se diluyen como acuarelas bajo el agua y los momentos vivificadores con tierna intensidad pasan a cubrirse con la sombra de la edad. Desconozco la razón, pero estos días de víspera cierro los ojos y podría jurar que he visto la luz del sol encender la mirada del apóstol Juan entre roncos tambores y caricias de incienso, mientras apresuro el paso para llegar al inicio. Entonces, es cuando la pátina de la evocación se torna en tallas nuevas, siendo una proyección íntima guardada en el proyector de mi corazón, como verlas pasar todas.
El Cristo del Clavo. Palma Burgos
                              “Dijo Jesús a Nicodemo: Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, para que todo el que cree en él tenga vida eterna. Tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Hijo único, porque Dios no mandó su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salve por él”. “Cuando levantéis al Hijo del hombre, sabréis que yo soy y que no hago nada por mi cuenta, sino que hablo como el Padre me ha enseñado”. “Ha llegado la hora de que sea glorificado el Hijo del hombre” (Jn 3, 8, 12).
                              Llega el final y parece que el reloj no se detiene, sino avanza hasta llegar a la siguiente hora, y así gozar el auténtico sentido de la Aleluya.

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