El interior, reformado a mediados del siglo XX por el arquitecto
Tomás Machado y Méndez Fernández de Lugo (1908-2003), cuenta con un mural en el
hueco de la escalera realizado por el vallisoletano Mariano de Cossío y
Martínez Fortín (1890-1960). En el vestíbulo y en la sala capitular, la
carpintería inspirada en los estilos mudéjares, decoran las techumbres y la
escalera.
Su archivo municipal, depositado en las dependencias del
Hospital de Dolores, contiene documentación que abarca un rico bagaje temporal
desde el XVI hasta la actualidad.
Fue reconstruido en la centuria decimosexta durante el
reinado de Felipe II. La fachada construida entre 1560 y 1567 con cantería
traída de La Gomera, se encuentra presidida por una imagen en relieve del
monarca y por el escudo de la dinastía de los Austrias. En el dintel de una de
las ventanas se muestra una inscripción que proclama “Invido Virtute
Superabis”. Sin duda alguna, es el monumento de arquitectura civil más notable
del Renacimiento en Canarias.
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