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domingo, 7 de julio de 2024

EL GARAFIANO MÁS UNIVERSAL

Baltasar Martín. busto
     Baltasar Martín (c. 1520-1553), nacido en Garafía, pago de Juan Adalid, fue el líder de la resistencia de la isla ante los ataques piráticos del francés François Le Clerc (¿?-1563), más conocido por Jambe de Bois o Pata de Palo, capitaneado por el lugarteniente, Jacques de Sores (¿?), el mismo corsario calvinista, hugonote, que sería el responsable del martirio en aguas de La Palma de los Mártires de Tazacorte o del Brasil, según fueron denominados por la Iglesia Católica, porque iban en misión a ese país suramericano. Fue un corsario del XVI, originario de Normandía (Francia), quien produjo el incendio de Santa Cruz de La Palma, en 1553, a raíz de la enemistad del emperador español Carlos V (1500-1558), con el país de Francia, por lo que aparecerán por Canarias, sobre todo, por La Palma varios corsarios protestantes franceses, calvinistas u otomanos, con una crueldad manifiesta contra los católicos del mundo por ser las islas suficiente motivo de atención para el saqueo y apoderamiento de su gran muestra de prosperidad y comercio hacia el Nuevo Mundo, descubierto por Cristóbal Colón (1451-1506), creándose la ruta de Las Indias, desde Europa a América, con paso obligado por el archipiélago para el avituallamiento y descanso de todos los miembros de la tripulación y personas en general, colonos, emigrantes con espíritu nuevo de fortuna, conocimiento y búsqueda de un intrigante porvenir de tierra prometida, de manera temporal o permanente. Sin embargo, otros la utilizaban para la actuación bélica, de rapiña, destrucción y maldad, creando incertidumbre y así obligar a amurallar y construir castillos, baterías… y otros elementos militares para la defensa de las ciudades costeras como la nuestra.

                              Hoy disfrutamos de muchos vestigios del pasado como testimonio de hechos acaecidos con todo rigor histórico y contundente, aunque algunos han desaparecido por causas heterogéneas y que ahora en la actualidad se desea señalizar como icono informativo, porque Santa Cruz de La Palma es una ciudad con historia en todos los ámbitos locales, regionales, nacionales e internacionales como recreación a las presentes y futuras generaciones.

                              Muchos de los pormenores de su biografía son desconocidos, si bien hay constancia de que los sucesos, que los hicieron famoso son objetivamente históricos.

Municipio de Garafía. Lugar natal
      Baltasar Martín, probablemente, es el más universal de entre sus paisanos, aunque su lugar exacto de nacimiento se desconoce, porque no ha quedado testimonio real, ni documental, ni registro en los libros de bautismo de la iglesia de San Antonio del Monte, que se quemó, si alguna vez existieron, fueron pasto de las llamas en dicho siniestro, siendo el actual templo sagrado una réplica, reconstrucción del inmueble original.

                              Es considerado por todos como un valiente y aguerrido líder, defensor de su pequeña patria, ejecutor del compromiso adquirido en defensa de La Palma. Su origen humilde nos indica que en su juventud fue pastor y fervoroso creyente.

                              En una de tantas cuevas naturales, viviría Baltasar Martín, cuando el 21 de julio de 1553, sucede un hecho único hasta el momento, si bien va a significar la muerte, lo va a convertir en señor y figura palmense de interés histórico en la defensa de su tierra, suelo o pequeña patria, que todos llamamos el ‘terruño’.

Villa de Garafía. Población rural
        Posiblemente se encontraría haciendo las labores pastoriles, supuestamente en los altos de La Fuente Nueva, Roque de los Muchachos, o Los Andenes, de donde se divisa la ensenada de Santa Cruz de La Palma. De esta forma, desde las cumbres de Garafía pudo ver una flota expedicionaria de barcos con la incertidumbre de identidad e intenciones, compuesta de unos 700 piratas franceses al mando del fiero Pata de Palo, que cercan e invaden la ciudad. Animado por la curiosidad y sintiendo el profundo amor patrio acude a la capital.

                              Los saqueadores entran por la actual plaza de San Fernando, la Explanada, atacando a los sorprendidos habitantes, que huyen hacia los montes vecinos.

                              Pronto la noticia debió de llegar a oído de Baltasar Martín de lo que estaba ocurriendo, la tradición le traza un perfil de gran estatura y de una fuerza descomunal, que reuniendo numerosos vecinos y otros se plantó en la ciudad capital. Su valentía y capacidad de liderazgo hizo formar un grupo, atemorizada población en fuga, los armó de cuchillos, palos de almendro argollados con forjadas conteras de hierro, arma poderosa y muy eficaz en manos de campesinos, auténticos maestros en su utilización, piedras… en una lucha sin cuartel, que se desarrolló durante 11 días, con sus noches.

Celebraciones y costumbres ancestrales
           Los piratas, dueños de la localidad capitalina, habiendo incendiado el edificio del Cabildo, Casas Consistoriales, y varios palacios, templos y conventos, saqueándolos previamente y sembrando la muerte en medio del horror e impotencia de los moradores indefensos, se encontraban en plena diversión por los efectos del alcohol, cuando fueron atacados por Baltasar Martín y sus aferrados seguidores, que se habían incrementado con muchos de los refugiados.

                              ‘La bala pasa, pero el palo envasa’, constituyó el lema de la arenga que el garafiano dirigió a sus combatientes. Los arcabuces poco pudieron hacer ante las lanzas de los bravíos campesinos y correligionarios de ese entonces. Marcada por la no tranquila y revuelta circunstancia.

                              Derrotados los franceses, abandonaron parte del botín sustraído de aquellos lugares mancillados, robados o profanados, alejándose de las costas cabizbajos y vencidos.

Historia y leyenda. Lámina
           La historia y la leyenda, con la sucesión de los acontecimientos, debieron continuar sin ser trastocadas por nadie ni por nada, sino que Baltasar Martín regresara a su sitio natal, gozando del reconocimiento de sus paisanos, pero no fue así… ensangrentado, perdida la montera en la refriega, liberada la ciudad de piratas usurpadores e invasores, se dirigió al real convento franciscano de la Inmaculada Concepción a dar gracias por la victoria obtenida como favor espiritual concedido por donación divina, a través de la Virgen de los Dolores. Entonces, ocurrió un hecho inaudito, con un final sorprendente y triste, ya que un fraile refugiado en el campanario del solar eclesiástico conventual, pensando que se trataba de un enemigo que en su derrota solicitaba el amparo de lo sagrado, le acertó de pleno en la cabeza con un ladrillo. Baltasar Martín murió en pleno vigor después de inmortalizar su nombre y su memoria.

                              El dicho popular nos dice que sus restos mortales descansan en la puerta de entrada de la iglesia franciscana, Parroquia de San Francisco de Asís y que una lápida de mármol blanco nos recuerda inscrita en ella, lo siguiente:

AQUÍ YACEN

LOS RESTOS DEL INSIGNE PATRIOTA

BALTASAR MARTÍN

QUIÉN DEFENDIÓ HEROICAMENTE A

S/C DE LA PALMA

DE LOS PIRATAS QUE LA

INVADIERON

EL 21 JULIO 1553

OBLIGÁNDOLES A REEMBARCARSE

EL 1 AGOSTO 1553

MURIÓ A LA PUERTA

DE ESTE TEMPLO

HOMENAJE

DEL AYUNT. DE GARAFÍA

SU PUEBLO NATAL

                              Su nombre se perpetúa en varios municipios de La Palma, dedicándole calles y plazas, como Tazacorte, Santa Cruz de La Palma y Garafía, donde lo lleva la biblioteca y plaza principal de Santo Domingo en su memoria.

Cartel anunciador. Héroe
    Los pueblos, honrando a ciertas individualidades, se honran a sí mismos, y 348 años después, el ayuntamiento de Santa Cruz de La Palma decidía darle a la calle Los Molinos el nombre de Baltasar Martín. Este gesto no pasó desapercibido para el pueblo natal y muestra de ello es la nota de gratitud que, el día 2 de marzo de 1901, se publicaba en las páginas del periódico ‘Heraldo de La Palma’:

                              ‘Garafía, 11 de febrero de 1901. Muy distinguido Sr. nuestro: Faltaríamos a los deberes que el patriotismo y la gratitud nos imponen, si dejáramos de aplaudir como palmeros y agradecer como vecinos de Garafía, el acuerdo tomado por ese Excelentísimo Ayuntamiento de poner el nombre del invicto Baltasar Martín, hijo de este pueblo, a una de las calles de esa población, acuerdo justísimo que, al honrar la memoria del heroico garafiano que supo valientemente castigar la osadía de los piratas franceses que invadieron esa ciudad el 21 de julio de 1553, perpetúa a la par el recuerdo de tan memorable suceso, página gloriosa de la brillante historia de nuestra querida Palma. Sirvan pues, estas líneas de entusiasta felicitación al Excelentísimo Ayuntamiento por el acto de justicia que con ese acuerdo ha realizado’.

                              Más allá de la historia y grandeza que gira alrededor de su nombre, no se puede negar que esta mágica, angosta y desnivelada calle con sus antiguas casas parece transportarnos en el tiempo.   

Homenaje. Imaginario cultural
               Es un héroe de leyenda. Es mítico y/o legendario, según una tradición moderna. La cuestión en torno a la veracidad del propio héroe, la tradición popular que se conserva o la importancia de figuras como el presente homenajeado en la conformación de una identidad y de un imaginario cultural.

                              Realmente, esta tradición nos llega a partir de finales del XIX por la aparición de un códice del archivo del marqués de Guisla Ghiselin donde, a este personaje, se le atribuye la gesta ya aludida, unos años más tarde, en 1570, a pesar de contar con un puñado de vecinos mal armados, pero con un valor y patriotismo extraordinario.

                              ‘No se ha podido hallar documento alguno de ese entonces, que avale la existencia de este héroe palmero en la abundante información existente de estos sucesos, ni en los Protocolos, ni en los Acuerdos del antiguo Cabildo de la isla, ni tampoco en el Archivo de Simancas. Sin embargo, sí se ha podido constatar documentalmente que existió en la época del saqueo, un tal Pedro Hernández o Fernández de Justa, natural de Villa de Mazo, que peleó de manera sobresaliente contra el enemigo francés’ (Manuel Lorenzo Arrocha).

                              ‘La Asociación de Recreación Histórica de la Guarnición del XVIII de Santa Cruz de La Palma, Los Doce de Su Majestad el sábado, 9 de diciembre de 2017, rindieron honores a la figura de Baltasar Martín, héroe legendario, que sirvió de referente por su espíritu de valentía, honradez y sacrificio a todos los componentes de las Milicias Insulares’, señalan desde el Consistorio de la Villa norteña.

Calle Baltasar Martín. S/C de La Palma
            El acto tuvo lugar en el núcleo urbano de Santo Domingo, ante el monumento en recuerdo al insigne garafiano, dando comienzo sus representaciones de hitos históricos.

       La citada asociación, en colaboración con el Real Castillo de Santa Catalina de Alejandría, conmemoraba el 525 aniversario de las Milicias Insulares de la isla de San Miguel de La Palma. Los Doce de Su Majestad lo harán en cada uno de los municipios, donde personas anónimas dieron su vida por defender la población.

                              Este hito, que se celebra por primera vez en la historia, será documentado por las webs Palmeros en El Mundo e Historia de Franceses para que quede constancia a las futuras generaciones la importancia que tuvo la isla a nivel mundial.  

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