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domingo, 17 de noviembre de 2013

LAS PLAZAS CON FUENTES PÚBLICAS DE LA CAPITAL PALMERA

Plaza de España
                              Las fuentes son joyas pregoneras de acontecimientos y hechos familiares de un pretérito y actualidad lleno de vivencias, promesas, juramentos… Centenarias o no se hallan en distintos puntos de nuestro entorno ciudadano, que sirven como ornamentación para concebir un aire de renovación.
Santo Domingo. Años 20
                              Han sido siempre un detonante de inspiración para engrandecer los alrededores. Un patio o plaza invita con ella a romper el silencio con mezcla de armonía musical del agua con su frescura y el continuo gorgoteo. El chorro desprende    las perlas cristalinas, que se esparcen por el suelo o por el verde tapiz. Verdaderos monumentos que en voz baja añoran un sinfín de recuerdos de tantas generaciones.
Santo Domingo. (ca) Década de los 70
                              Desentrañemos la historia y la influencia con ese valor artístico y artesanal, sobresaltando su fisonomía arquitectónica y empleo de la piedra. Su importancia se suma a la fachada del rincón enarbolando su diseño.
Convento Santo Domingo (1)
                              En la plaza de España, llamándose antes de la Constitución, está la original y bella construcción, que data de 1558, cuyo autor fue Cristóbal Lasema y es la única del siglo XVI conservada en La Palma. Su edificación se realizó sobre las ruinas de las antiguas casas consistoriales, que fueron destruidas el 21 de julio de 1553 por el pirata Francois Le clerc, Pie de Palo, arrasando e incendiando la ciudad durante diez días. Se integra en el maravilloso y emblemático marco o conjunto urbano, cuyas reformas culminaron en 1897, según los planos ideados en 1885 por el constructor naval Sebastián Arozena Lemos (1823-1900). Consistía en darle horizontalidad  y mantener el trazado triangular que, aún, conserva. Se finalizó la escalinata de acceso al atrio del templo de El Salvador y se fortaleció su situación en el espacio ante edificios importantes de Canarias, donde convergen las esferas representativas del poder: Ayuntamiento, Iglesia y las casonas de Pinto, Massieu Monteverde y Lorenzo.
San Francisco
                              Algunos vestigios se han querido ocultar en el olvido por la fiebre urbanística de los años cincuenta de la pasada centuria. Aquella que hubo en el centro de la plaza de Santo Domingo, componente del conjunto sensacional de laureles de india y de frondosa vegetación, que se distribuían en jardines portando la presentación del anfiteatro del convento de San Miguel de las Victorias y de los muros conventuales del homólogo de Santa Catalina de Siena, desapareció y se cree estar soterrada en uno de los claustros conventuales, que, también, albergaban alguna propia de dependencia interior. Antes de celebrar las Fiestas Lustrales de 1955 se transformó con un encanto especial, contando con otra lindante a la calle Virgen de la Luz. Posteriormente muchos elementos fueron desapareciendo paulatinamente por necesidades puntuales hasta transformarse en lo que es hoy.
San Francisco. (ca) 1930 (2)
                              En el otro extremo, el sector norte, nos adentramos en la entrañable plaza de San Francisco, con semejantes características que la anterior y con traza trapezoidal, pero ante el cenobio franciscano de la Inmaculada Concepción, que suele ser utilizada para diversos espectáculos o celebraciones, habiéndose forjado desde tiempo atrás en torno a la festividad de San Francisco de Asís a través de cuadros plásticos y otros eventos culturales y deportivos. Constituye un lugar principal en el contexto abierto y su actividad gira alrededor de tres cuerpos edificados, escalonados en altura y adaptados al medio libre de utilización. En el mismo punto donde convergen las diagonales de un cuadrado casi perfecto, rodeado por Tuliperos del Gabón, se yergue lo más destacado como símbolo de interés histórico y con acento antiquísimo de un incomparable romanticismo, transformándose en un obsequio digno de cualquier gran población que se precie amante de guardar un tesoro. En el primer tercio del XX poseía una muralla de mampostería elevada de protección y ajardinada, rematada por columnatas sosteniendo respectivos macetones con motivos florales.
San Francisco. 1935 (3)
                              Con las manos fervorosas de un buen cristiano damos un salto hacia la plaza de Las Nieves, antesala del Real Santuario Insular de nuestra Patrona. Su configuración y composición invita al sosiego, reflexión y a la tertulia del reencuentro. Las miradas de todos los peregrinos y asiduos visitantes se dirigen a la indescriptible presencia de la protagonista ornamental con cantería oscura, al igual que las otras, y pila circular con pilar para el surtidor. El murmullo de la suave brisa de montaña acaricia las mejillas y rezume el apacible tintineo del transparente líquido, que se escapa entre las entrañas del exuberante helecho invitándonos al descanso y al conocimiento de una verdadera reliquia.
San Francisco. 1957 (4)
                              Volviendo al recorrido habitual de la ruta acostumbrada por el centro, conscientemente por naturaleza institucional, la plaza de la Encarnación anteriormente se hallaba amurallada y con cancelas, que impedían el paso de los ganados  que pastaban en el pastizal cercano de aquella dehesa, que duraron puestas hasta 1787. Ha recibido hace unos años una profunda remodelación, según el plan municipal de mejoras para dicha zona, y que en su interior luce pileta para el disfrute con vista panorámica.
Las Nieves
                              Al finalizar la cuesta y al margen del barranco nos adentramos en La Alameda iniciada en 1885. En ese mismo sitio existía la ermita de la santa mártir Catalina de Alejandría, que fue arrasada el 21 de noviembre de 1611. Motivo más que suficiente para volver a fabricar otra en donde se conoció antes de venderla y derruirla en 1901. De nuevo se produjo el 9 de octubre de 1793 un desbordamiento con trágico balance de muertos y heridos desde la Cueva de la Virgen, que obligó a encauzar el cauce hasta el mar. Hoy, gozamos de un recinto remozado y pletórico lleno de concurrencia de cualquier edad. Su aire festivo, con claras reminiscencias sevillanas, suprimidos cuando se reformó con otros fines distintos, hace una década, sustituyendo los dos estanques a ambos lados del templete por una mediana piscina con varios chorros embellecida por la estatua del médico don Miguel Pérez Camacho (1882-1957) y otra con la figura del enano.
La Alameda
                              En la Avenida Marítima, junto al puerto y frente a la entrada sur, con la indicación puesta en el suelo como punto cero para las medidas kilométricas, se observa el busto del ilustre hijo don Blas Pérez González (1898-1978), que está adosado a una pared de mampostería con losetas de color blanco encima de una pequeña fontana semicircular y dos pétreos bancos.
Monumento al Enano. Alameda
                              A manera de resumen el adecentamiento de rincones enigmáticos es esencial para nuevas perspectivas de esparcimiento social y popular. La Placeta de Borrero y Acera Ancha son ejemplos y signos  fieles de un recién estrenado milenio con el lucimiento de complementos decorativos.
Acera Ancha
                              Lo mismo que en otros lugares, hacemos una excepción, porque el ayer no fue igual y por eso destacamos la añoranza a agudizar los sentidos para recrear la vista y olfatear el aroma de las flores, oyendo el tímido timbre del manjar de dioses, manso y sediento, en las acequias y caída en el seno del patio de la hacienda La Quinta Verde, adquisición propia de la conservación a la ilusión de algo, que trasciende más allá del carácter participativo con materiales cromáticos y literarios. Es del XVII y una de la mejor representación de casa de campo o solariega en Canarias. Perteneció a la familia Massieu Monteverde y, posteriormente, vivió la poetisa Leocricia Pestana Fierro (1853-1926), reconocida en su época por su capacidad intelectual superior, su personalidad excepcional y sus composiciones poéticas. Admirada por los poetas palmeros de ese entonces, algunos desearon escudriñar su rico bagaje demostrado en numerosas intervenciones. En dicha estancia se festejaron fiestas, circos, teatro y fue cede de una logia masónica.
Placeta de Borrero
                              En diciembre de 1987 se inauguró La Fuente Luminosa, inexistente, enfrente a un edificio de líneas austeras y clasicistas con funciones de Correos y Telégrafos. Era obra del arquitecto Gimbernal, que ganó el concurso convocado por CajaCanarias. Su discutible diseño estético por lo inapropiado de su ubicación se puso en entredicho entre los ciudadanos, a pesar de que por la noche invitaba a soñar con el juego de luces y filigranas acuáticas.
La Quinta Verde
                             Tener presente, que para disfrutar de nuestro patrimonio, es necesario protegerlo y conservarlo. Sólo, es posible desde un exhaustivo conocimiento del mismo. La sensibilización es tan importante como la propia historia local, rescate y divulgación. Constituyeron un enorme avance social en tiempos atrás, aunque a muchas se les privó del protagonismo de antaño, algunas se mantienen en pie como elegantes componentes y compromisos ancestrales, recordando sus prestaciones y en medio de la urbe entre aciertos y olvidos.

 (1) Biblioteca de la Universidad de la Laguna. Fondo Miguel Tarquis. Claustro del convento de San Miguel de las Victorias. Siglo XIX. 
 (2) Archivo General de La Palma, FSFC.
(3) Archivo de la Real Sociedad La Cosmológica.
(4) Archivo Facundo Daranas Ventura.

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