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domingo, 12 de diciembre de 2010

NO MÁS VIOLENCIA

                              Soy amante del periódico diario y con frecuencia me encuentro desagradables noticias de asesinatos de mujeres a manos de sus parejas sentimentales o maridos, jóvenes y mayores. Parece algo imposible de asimilar, pero la realidad es cruel y con resultados inadmisibles. La violencia de género debe tener un origen difícil de comprender y necesario de estudiar para erradicar este mal social. Puede tener varios puntos de mira a una sociedad antigua por la dependencia a la obediencia y sumisión de la mujer al padre y al marido. Precisamente, el 27 de noviembre del año en curso y en horas del mediodía llegando a la plaza de España de la ciudad capital, me he tropezado con una manifestación de mujeres isleñas reivindicando la no violencia.

                              “Al menos una de cada tres mujeres en el mundo ha padecido a lo largo de su vida un acto de violencia de género (maltrato, violación, abuso, acoso…). Desde diversos organismos internacionales se ha resaltado que este tipo de violencia es la primera causa de muerte o invalidez para las mujeres entre 15 y 44 años”.

                              Las Naciones Unidas en su 85ª sesión plenaria, el 20 de diciembre de 1993, ratificó la Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer, en la que se reconoce como un grave atentado contra los derechos humanos e “insta a que se hagan todos los esfuerzos posibles para que sea universalmente conocida y respetada”. Además, en su primer artículo lo define así: “A los efectos de la presente Declaración, por violencia contra la mujer se entiende todo acto de violencia basado en la pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la mujer, así como las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la vida privada”.

                              En 1999, a propuesta de la República Dominicana, con el apoyo de 60 países más, fue declarado por las Naciones Unidas el 25 de noviembre “Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer”.

                              La violencia machista en su amplitud de campo es desconcertante en el ámbito familiar, en pareja, violación, explotación sexual, ablación del clítoris y feminicidio, puesto que afecta al 50% de la población mundial limitando y conculcando sus más elementales derechos humanos.

                              La Amnistía Internacional declara: “La violencia contra las mujeres no es exclusiva de ningún sistema político o económico, se da en todas las sociedades del mundo y sin distinción de posición económica, raza o cultura. Las estructuras de poder de la sociedad que la perpetúan se caracterizan por su profundo arraigo y su intransigencia. En todo el mundo, la violencia o las amenazas de violencia impiden a las mujeres ejercitar sus derechos humanos y disfrutar de ellos”.

                              Está en nuestras manos y no más violencia contra las mujeres. En boca del alcalde de Santa Cruz de La Palma, que con actos en las calles, tarde o temprano, la voz de la mujer será oída en todas partes, no como una exclamación sino como una reivindicación al compromiso de su igualdad.

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