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viernes, 11 de marzo de 2011

EL FARO DE PUNTA CUMPLIDA

                              Son escasos los hechos que nos satisfacen y, en esta ocasión, lo es para Barlovento por recuperar la primera linterna del faro de Punta Cumplida. Paseando placidamente por los alrededores de la estación marítima del puerto de Santa Cruz de Tenerife me acerqué por curiosidad a su interior y me sorprendió ver expuesta tal valiosa pieza. Me pregunté una y mil veces cómo era posible lo que mis ojos contemplaban. No fue un sueño, sino la realidad que desencajaba en mis sentimientos por el terruño.

                              No se olvidan tantos años, desde 1993, alejados de esta magnífica obra de ingeniería en el ámbito de costas. Ha sido el afán de muchos por conseguir el resultado apetecible. Con una campana de protección se ubicará, en principio, en una rotonda de La Fajana. Me pareció una aberración con una muerte súbita de algo tan notable del patrimonio, pero, ahora, cedo mis temores.

                              Con su tarjeta de presentación de gran mérito empezó a funcionar el 1 de abril de 1867. La antigua farola ha sido reparada y, por lo tanto, se pretende mantenerla encendida en determinados momentos del día. Se trata de la obra pública más importante del siglo XIX en La Palma. El conocido cronista oficial de Fuencaliente, Juan Carlos Díaz Lorenzo (1959), nos dice: “La construcción del faro tiene sus orígenes en el Plan de Alumbrado de las Islas Canarias aprobado por Real Orden de 28 de abril de 1857”. Sobre su luminaria, comenta que “en sus comienzos estaba provisto de un aparato Lepaute de 1,35 metros de diámetro, compuesto de tres cuerpos […] y que fue adquirido por 45.506,25 pesetas”.

                              Deteriorada por el uso, en 1937, fue reemplazada por otra de nivel constante: “Tenía una luz giratoria variada por destellos de minuto en minuto y 25 millas de alcance. En febrero de 1947 este sistema se sustituyó por otro incandescente por vapor de petróleo a presión Chance”.

                              El 1 de diciembre de 1982 volvió a entrar en servicio cuando tuvo una esencial reforma en la que se puso la instalación óptica y luminosa, constituyendo el ingenioso instrumento que retornará a su lugar de origen, -según explica el anterior y prestigioso investigador- que “se cambió por una cilíndrica racional de 2,25 metros de diámetro y montantes helicoidales dotada de un equipo AGA de lámparas de haz sellado, montadas seis a seis sobre las caras de un prisma cuadrangular que forma el inducido de un motor paso a paso”.

                              Mientras tanto, continúa la esperanza de que se haga en breve en base a los acuerdos que se hayan adoptados para el desarrollo de un proyecto demandado por todos.

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