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domingo, 25 de octubre de 2015

ANIVERSARIO DEL DECANO DE LA PRENSA DE CANARIAS

Calle Méndez Cabezola, 22
                              La alegría de celebrar el Aniversario, 125 años, del Diario de Avisos me da una gran satisfacción, ahora más que nunca, por los recuerdos almacenados en mi memoria a partir de la década de los cincuenta hasta el 5 de junio de 1976, que se imprimió por última vez en Santa Cruz de La Palma y que fue su cuna, cuando era su director Leopoldo Fernández Cabeza de Vaca (1942). Adquirió el compromiso de darle modernidad a la publicación, consolidando una oferta informática de referencia y de calidad.
                              “La vida es un viaje. La idea es el itinerario”. Esta máxima de Víctor Hugo analiza la esencia de su trayectoria histórica, contando con valiosas plumas de un talante extraordinario durante las ochenta y seis anualidades en La Palma, que empezó el 1 de julio de 1890.
                              El formato original creaba admiración en todos los rincones insulares por su  interés de información a la población con propósito de levantar pasiones capciosas y vespertinas en medio de variopintas tertulias, ávida de lectura local, nacional e internacional. La impresión se elaboraba con meticulosidad en sus pocas páginas.
Jueves, 29 de septiembre de 1966
                               Latiendo a un ritmo lento con un compás de espera comprensible, la vieja linotipia ejecutaba su trabajo a las órdenes del linotipista ordenando las letras de una y otra línea como los granos de una espiga. Bien se sabe que el pueblo se pierde, cuando no cuida su cultura.
                              Las manos hábiles de un tipógrafo es esencial para dar el aliento necesario de editar un proyecto ambicioso como lo fue el Decano de la prensa de Canarias. Su ubicación en Méndez Cabezola fue un punto de referencia. En ese inmueble se hallaba en los bajos la imprenta y en el primer piso la redacción y administración. No podemos finalizar sin hacer mención a Fernando, que tanto tiempo sirvió de pregonero y su voz nos era familiar por las calles desde primeras horas de la mañana hasta muy entrada la tarde y, también, el periodista Juan Francisco Pérez, que tiene una pequeña plaza a su nombre en el barrio de San Telmo, en méritos de su fecunda labor.

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