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domingo, 15 de noviembre de 2015

EL RON PALMERO

Selección y almacenamiento
                              Tan solo con el título me transporta a los años de la conquista de la Isla, cuando la prosperidad de las nuevas tierras se hizo presente en el ánimo de los emprendedores foráneos llegados de países europeos con el afán de colonizar y establecer relaciones con sus propios países o con los vecinos continentales de América y África. Las rutas comerciales se fundaron por el interés de la floreciente industria azucarera en Canarias, lo que hizo tener ricos hacendados poseyendo productivos ingenios de azúcar en zonas de abundante agua y de grandes plantaciones de cañaverales como en Argual  y Noreste de la Isla, cuyo aprovechamiento se hacía desde antaño y ocupaban suelos a principios del XVI.
                              El aprovechamiento de tal explotación es muy antiguo. Primero, para la materia prima y, luego, para el ron, como perspectiva en auge con los años, que se obtiene de la fermentación y destilación del jugo o guarapo y melaza de la caña dulce con una graduación que oscila entre los 40º y 70º, que se cultiva en considerables cantidades en San Andrés y Sauces, Norte y de menos cuantía en Tijarafe.
Explotación de la caña dulce
                             Comentar la importancia o arraigo del producto en La Palma es hacerlo sobre la historia de más de cinco siglos, aunque se remonta a principio de la centuria pasada por la labor tradicional y artesanal de varias generaciones de una misma familia. Son maestros que mantienen vivo el espíritu de la elaboración de los primeros aventureros en el mundillo y lanzamiento del nuevo galardón.
                    Referirnos al preciado protagonista y su origen implica hablar de la introducción de la excelente planta productiva del mencionado elemento, mediante una variedad llegada de la India, que forjó la manera peculiar de fabricación local, en donde se pueden degustar extraordinarias variedades derivadas de destilados como licores, rones y aguardientes hechos con esmero y el sello de calidad.
Trapiche del Puerto Espíndola
                              Las miradas se dirigen sin equívocos al Puerto Espíndola, núcleo costero con sabor a mar y miel, que se elabora para las típicas sopas de carnaval, a un trapiche acondicionado para tales faenas desde el inicio del XX, que lleva el proceso con métodos heredados de abuelo, padres y nietos, desde la molienda hasta el fermentado.
Antiguo alambique
            Sería imperdonable no hacer mención de una dinastía que ha dado todo por progresar en un amplio universo, pero sin más se hace corto en muchas ocasiones, su fundador Manuel Quevedo Alemán (1872-1968) por su experiencia en Cuba, Antillas y Funchal entre 1919 y 1934, empezó a fabricar la bebida con método diseñado en 1936 y en la Aldea de San Nicolás de Tolentino: “Hoy en La Palma esta familia mantiene vivo el espíritu de la elaboración artesanal de los primeros maestros del ron”. A lo largo de su existencia los alambiques, cubas y depósitos de almacenamiento han sido sustituidos por otros más adecuados y que el futuro Museo de la Caña y el Ron es una idea genial, que sea todo un éxito, en la demostración real en tiempo de zafra o no en su propia instalación saucera.

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