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domingo, 4 de septiembre de 2022

MI BARRIO Y SU GALEÓN

  Tras las restricciones de la pandemia volvemos a la normalidad de nuestras fiestas patronales de septiembre. Retomamos el pulso de acompañar por las calles del barrio a las sagradas imágenes de Nuestra Señora de La Luz y San Telmo.

       La algarabía y el olor a incienso se convierten en la mejor ofrenda de amor, para cruzarse las miradas de una Madre, con su Hijo en brazos, al unísono, con las de las vecinas y vecinos anhelosos de mostrar a los demás la alegría, emanada de sus corazones como el camino de salvación y de conducción a la Gloria de Dios.

                              Las puertas de la centenaria ermita se abren y enseñan La Luz y al Guía, que iluminan nuestro peregrinar por este valle de lágrimas. Con sus manos extendidas, desde su altar recogen los cientos de plegarias, ruegos, promesas y gratitudes de los que la nombran a diario, y para eso les aseguro, a veces no hace falta mover los labios. Nos acogen el silencio para llevarlo como cuentas del rosario a su Dios.

                              En la festividad de la Natividad de la Virgen María, surge una gran ternura en lo más íntimo de nosotras y nosotros. La manifestación, desbordo de gozo con el Señor, a través de cuadros plásticos, fuegos artificiales, poesías, bengalas… No he escrito para hablar de mis cosas, sino de lo que Tú significas para todos los que te veneramos.


               En honor a la Virgen de La Luz y de san Telmo en sus fiestas de septiembre. Barrio de San Telmo (Santa Cruz de La Palma).

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