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domingo, 26 de octubre de 2025

MARÍA, CONSUELO Y ESPERANZA NUESTRA


                              Hace años cuando la isla de La Palma se dispuso, así lo hizo, no cabe la menor duda, a celebrar la Bajada de la Virgen de Las Nieves, LXIX edición, cuando se ultimó todos los detalles, cuando crecía la ilusión en todos los palmeros y palmeras, una pandemia paralizó los propósitos de celebrarlo. La COVID-19 sembró el pánico de dolor, de pérdida, de fragilidad y de miedo, privándonos de la posibilidad de hacer fiesta en honor de aquella a quien los insulares invocamos como Madre. Nos contentamos con prometer confiadamente las mismas cualidades, que se ha podido admirar en la vida de Jesús, con la unción de la piedad y la ciencia, piedad no subjetiva sino dogmática, que hace irradiar la belleza de una imagen mariana.

                                Dos palabras, consuelo y esperanza, sobre la vida presenta caracteres análogos como que es fruto de las mismas cualidades de la Virgen. Se realiza a impulsos del mismo fin de hacer influir en el pueblo las cosas de la fe, entre la vida práctica y los dogmas religiosos.

                               La vida de María se revela como vida de mujer y de madre y nos transporta continuamente al medio ambiente de las mujeres y de las madres, a escenas de calladas preocupaciones femeninas, de amor y sacrificio maternales. De esta manera la vida de María complementa la vida de Jesús, no sólo en lo general, sino también en lo particular, singular y silencioso, precisamente porque revela el papel de la mujer y de la madre en el plan divino de la creación.

                               Cuando apenas recobrábamos el aliento tras una epidemia tan cruel las entrañas de nuestro subsuelo comenzaron a vomitar lava y ceniza, sufrimos la erupción del volcán Tajogaite. Por toda parte se llenaba de fuego y oscuridad, pero más aún de tristeza y angustia, de incertidumbre y desamparo nuestras vidas, por lo que celebramos la LXX edición de las fiestas lustrales, hace casi dos meses, después de diez años de espera. En medio del dolor, los palmeros y palmeras hemos conocido la forma idónea de caminar hacia delante.

                              La presencia firme de María de Las Nieves, como siempre alimento y alimenta la esperanza de un pueblo frágil pero creyente, que de la mano de su Madre afianzó su certeza de no desfallecer en el camino.


                               Hoy, como siglos atrás queremos corresponder con gratitud a la Virgen de Las Nieves, ‘Peregrina de esperanza’, esta vez, que camina a nuestro lado por los catorce municipios, acogiendo las peticiones y oraciones con corazón, como su contorno indica, ‘Isla en forma de corazón’.

                              En este año tan especial para la isla de La Palma nos hemos asomado desde nuestra fe católica a colaborar en el apoteósico y sublime encuentro de María para darnos un abrazo y decir, así: ‘Virgen de Las Nieves, Madre de La Palma, intercede por nosotros, por todos los que sufren, y lleva nuestras oraciones al corazón de Dios. Amén’.

                              Según palabras del obispo de San Cristóbal de La Laguna, en programa, ‘PEREGRINACIÓN DE LA SANTÍSIMA VIRGEN DE LAS NIEVES A TODOS LOS MUNICIPIOS DE LA PALMA’: “María es consuelo y esperanza nuestra, como afirma el lema de esta Visita de la amada imagen. En efecto, como afirmaba el recordado Papa Francisco en la bula de convocatoria de este jubileo dedicado a la esperanza, en los borrascosos acontecimientos de la vida, la Madre de Dios viene en nuestro auxilio, nos sostiene y nos invita a confiar y a seguir esperando -Francisco, Spes non confundil 24-. Así lo ha experimentado nuestros padres y antepasados a lo largo de los siglos en La Palma, manifestándolo en su devoción sincera a la Virgen de Las Nieves, y así también lo siente el pueblo palmero de nuestros días.

                               Su presencia materna llena de ternura tan significativa en el corazón de los palmeros y palmeras será motivo para seguir esperando, sintiendo el consuelo que ella como Madre, nos ofrece, especialmente quienes más han sufrido y sufren en nuestra sociedad.

                               Acojamos a María, la Virgen de Las Nieves, con un corazón abierto escuchando sus palabras, de ayer y de hoy, que nos invita a seguir a su Hijo Jesucristo: ‘Haced lo que Él os diga’ (Jn 2,5), porque Él es nuestra esperanza, que no defrauda”.

MARÍA, CONSUELO Y ESPERANZA NUESTRA

                              ‘La Imagen amada de la Virgen de Las Nieves visita tu pueblo. Te visita a ti, a tu familia, al barrio y a su municipio que la tiene como alcaldesa Honoraria y Perpetua.

                              Quiere traer el “consuelo y la esperanza” a todos los pueblos de nuestra querida isla de San Miguel de La Palma, marcada por el volcán y su estela de dolor, sufrimiento, para hacer resurgir la ilusión en todos los corazones.

                              Recíbela con alegría, con fe, con la devoción y mira en ella la Madre de todo consuelo y esperanza, en este Año Lustral y Jubilar, de 2025’ (Final del Programa de la Peregrinación y visita de la Santísima Virgen de Las Nieves a todos los municipios de La Palma).

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