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domingo, 3 de octubre de 2010

LA RESTAURACIÓN DEL PATRIMONIO HISTÓRICO ARTÍSTICO (II)

                              La intervención sobre telas, es cada vez más importante y frecuente para conservación de cuadros en numerosas hemerotecas públicas y de colecciones privadas.
                              Los museos de Bellas Artes constituyen un aliciente para visitar y contemplar maravillas y verdaderas obras maestras de cualquier época y estilo. Además, los nombres de pintores poseen cierto atractivo y prestigio por su contenido y personalidad artística.
                              Restaurar una tabla o un cuadro con tal o cual éxito, depende del estado de mantenimiento que haya tenido o del deterioro que posea por el tiempo transcurrido.
                              El trabajo de restauración de un cuadro ofrece una serie de posibilidades y alternativas increíbles. Lo primero es estudiar la obra y analizar la situación del lienzo para concretar el grado de deterioro que posee.

                              Una vez llegado a tal punto se vigila los soportes y bastidor en su estructura, reforzándolo si es preciso. A continuación, se procede al reentelado por medios tradicionales o de otra índole, si la tela original, en su reverso, presenta alguna inscripción o varias, porque no se podrá ocultar.

                              Haciendo mención a la dificultad anterior lo más acertado sería tomar dos opciones. Una más fácil que la otra. Antes de realizar el reentelado documentar fotográficamente el reverso de la obra y dejar testimonio gráfico y escrito de su existencia, que se guardará celosamente a través de distintos medios de conservación. Y, la segunda posibilidad, que cuenta con mayor eficacia, sería reentelar el reverso con material transparente.
                              El material textil merece un estudio para determinar su calidad industrial, al igual que el bastidor, ya que la necesidad de sustituirlo vendría determinado por el factor humedad y el ataque de insectos xilófagos u otras causas.

                              El material textil para reentelar debe tener una gran resistencia a la tracción y un excelente comportamiento ante el envejecimiento, flexibilidad, adaptabilidad y reversibilidad.

                              Con la temperatura y la presión adecuada el adhesivo del material textil empleado como soporte se funde y pega. Los procesos utilizados son diversos e idóneos para llegar a una finalización feliz y satisfactoria, sin olvidarse de aquellos convencionales.

                              Una vez acabada la tarea de reentelar, comienza, como si fuera la cuenta atrás de un meticuloso cometido, lo más artístico y fundamental de la restauración. El darle realce a la pieza no es nada fácil, sino laborioso y conciso en el paso a paso.

                              El llenar las lagunas existentes, en todas las zonas que presenten carencia en la capa pictórica, consiste en una labor con un temple severo.

                              El proceso de enrasarlo con lo original se ejecuta con bisturí, para que el estuco se convierta en un estrato continuado y no diferenciado de lo original.

                              Los barnices poseerán una alta calidad siguiendo lo descrito en cualquier manual de restauración. Deben de ser reversibles e inocuos en el tiempo.

                              En diferentes templos del Archipiélago tenemos bastantes cuadros restaurados, que han sido hechos con buen criterio y por manos expertas y especializadas por titulados en la materia. Podremos citar el Santo Cristo de Paso Alto (1773) de Juan de Miranda, que se halla en el Museo Militar de Almeida; el lienzo de San Juan Bautista en la iglesia de su titular (Arico); los que cuelgan en ambas paredes del presbiterio de la parroquia de San Antonio Abad en Fuencaliente y otros

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