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domingo, 10 de octubre de 2010

LA RESTAURACIÓN DEL PATRIMONIO HISTÓRICO ARTÍSTICO (y III)

                              En esta tercera y última parte trataremos sobre la restauración de los retablos, como parte fundamental del arte ornamental en los templos. Nacieron de una evolución en el arte de decorar y ennoblecer los altares, preocupación que se inicia desde los tiempos de los primeros cristianos.
                              El cometido en cada uno de ellos es distinto por aquellos detalles destacados a conservar. Es esencial poseer unas normas generales para llevar a un acabado idóneo la labor emprendida. Se supone que el deterioro ha de ser muy acusado por el paso del tiempo o alguna transformación hecha en épocas anteriores por diversas causas, que no reviste interés el enunciarlas.
                              La intervención en retablos policromados es laboriosa y requieren:

               a) La recuperación de la policromía, limpieza y eliminación de doble capa. También, se tiene en cuenta, la fijación de la original.
               b) Reintegración de uno o de varios soportes y recuperación de piezas y molduras.
               c) Estucado y desestucado de lo inexistente.
               d) Reintegración cromática.
               e) Eliminación de un gran número de añadidos o elementos no funcionales de cualquier índole, como podrían ser los eléctricos (enchufes, interruptores…).
               f) Aplicación de una película de protección. Así se aísla el dorado y policromía de la humedad, la suciedad y polvo.
               g) Documentación de su estado de salud y los tratamientos realizados. Diagnosticar su mala conservación y formular los pasos a seguir para conseguir una total y eficaz recuperación.

                              No olvidemos lo que hemos dicho con las otras dos modalidades del arte religioso (imágenes y lienzos):

               1) Limpieza de polvo y otras acumulaciones en zonas puntuales.
               2) Desinsectación general de la madera (soporte).
               3) Consolidación de la materia base y de los anclajes con fijación de otros.
               4) Eliminación de repintes, capas de purpurina y goma laca oxidada.
                              La documentación y material gráfico existente, es abundante y suficiente para testimoniar el ingente favor, que se está haciendo a la contingencia patrimonial del Archipiélago.
                              Gracias, una vez más, a las instituciones insulares por su preocupación y esfuerzo a crear talleres y contratar la colaboración de restauradores titulados con prestigio y buen criterio para la eficaz singladura de la fructífera empresa.
                              Podemos contemplar en muchísimas iglesias el remozamiento de retablos, que constituyen una visión agradable y agradecida para los fieles y, al mismo tiempo, un desafío a fenómenos adversos de deterioro.
                              No haremos mención de profesionales en premio a la ardua y callada tarea, ni tampoco de las obras realizadas.

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