De todas las islas
canarias fue sin duda la de La Palma la que, durante muchos años, suministró
relativamente el mayor volumen de iniciativas. Existe algunos rasgos
significativos de la peculiar idiosincrasia del pueblo palmero. Es evidente que
todos los canarios estamos marcados por una nativa condición, que no sé si es
virtud o dolencia, de nuestra insularidad, conformados espiritualmente por ese
diálogo inextinguible de cielo y mar. La belleza abrupta y grandiosa de su
paisaje, que no excluye rincones de idílico encanto apacible, y su mayor
riqueza forestal e hidráulica, que alberga una autonomía económica son factores
naturales que se suman a los otros históricos para conjugarse en ese resultado
final, definiendo el alma isleña, su inmersión en su pequeño y subyugante
cosmos y en esa atracción, particular y acentuada afección por lo suyo.
Si hubo un soñador
de sueños, un forjador de ilusiones y de estrellas, un dar la forma a lo
inexistente cuando las montañas se transforman en llanuras y estas en barrancos y playas, ese fue Félix
Duarte Pérez (1895-1990) y no es hablar en vano, sino conceder lo justo por lo
injusto y la razón a las más nobles tareas de la creación literaria y de la
cultura en su pequeño solar patrio.
¿Qué tienen en
común el poeta, Breña Baja y la festividad de la Madre? Es un trinomio que
encierra lo esencial y anecdótico dentro del marco de lo pregonado por un breñusco de origen y de corazón, que emigró a las
Américas, Venezuela y Cuba, donde publicó sus primeros versos en la prensa
caraqueña. De regreso a Canarias en 1930 se distingue por su soltura métrica y
semántica. Bohemio y amante de la tertulia, compartía el diálogo con la
seriedad y amistad inhóspitas con alto afán de conducir la consecución de sus
propósitos. Testigo del tiempo lo fue la Plaza de España y la Real Sociedad La
Cosmológica, Santa Cruz de La Palma, mudo exponente de su condición de luchador
y de relevante personalidad indiscutible y mediadora de lo real.
Se celebró en el municipio (Breña
Baja) el Día esencial por excelencia de todos los naturales del pueblo, el 76º
Aniversario. La singularidad del homenaje radica en el hecho de que fue en
donde por primera vez en España se celebra, impulsado por el ilustre villero,
siendo concejal y que a propuesta de él, según el Cronista Oficial, Julio
Manuel Marante Díaz (1950), el 5 de abril de 1936, la Corporación municipal por
acuerdo plenario adoptó tal resolución perenne, el tercer domingo de mayo.
Cuenta en el núcleo principal (San José) con una plaza y un monumento
conmemorando dicha fecha efímera.
Con el soneto MADRE, dedicado a su
hermano Carmelo, rubrica el esfuerzo y la finalización de una obra:
Plasmó Dios, en tu rostro, tal
portento
de
belleza, de gracia y de ternura,
que aunque la vida
es corta, en ti perdura
como en el
arte humano el sentimiento.
Con el
amor, la fe y el sufrimiento,
transformas en placer la desventura,
y nada hay
comparable a tu dulzura
bajo la
majestad del firmamento.
Símbolo
de sublimes esperanzas,
tus
caricias, sepultan desconfianzas
y
engrandecen las rutas de la Historia.
Tu
fervor es tan sólido y profundo
¡que no se
cansa de envidiarte el mundo
porque no
cabe en él toda tu gloria!...
La Real Academia
de la Historia solicitó, en 1947, por lo descrito anteriormente, se le
concediera el título de Muy Noble y Honorable Villa.
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