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domingo, 29 de noviembre de 2015

EN CONTRA DE LA VIOLENCIA DE GÉNERO

                              Parece imposible, ¿qué no concibamos un mundo sin violencia, guerras ni muertes inútiles? ¿Qué, tampoco, podamos erradicar de un plumazo esta lacra de asesinatos? La asimetría social en las relaciones entre mujeres y hombres favorece la violencia de género. Es necesario abordar la verdadera causa del problema.
Plaza de España. Fuente
          La definición más aceptada es la propuesta por la ONU en 1995, que dice: “Todo acto de violencia sexista que tiene como resultado posible o real un daño físico, sexual o psíquico, incluidas las amenazas, la coerción o la privación arbitraria de libertad, ya sea que ocurra en la vida pública o en la privada”.
                              Adopta formas distintas como física, verbal, psíquica, sexual, social, económica…, que se hayan ejercido, en mayor o menor medida, a lo largo de la historia: “La coacción física o psíquica ejercida sobre una persona para viciar su voluntad y obligarla a ejecutar un acto determinado”.
I.E.S. Alonso Pérez Díaz
                Para explicar la conducta del maltrato se ha apelado con frecuencia a la existencia de un conjunto de psicopatologías como carácter agresivo, falta de control de la ira o una infancia marcada por experiencias de malos tratos entre los progenitores, que tienden a buscar un punto de origen externo.
       La respuesta de la sociedad actual es otro de los elementos fundamentales en la lucha para acabar el problema. La Ley integral sobre dicho asunto es, sin duda, una herramienta necesaria para ello, pero no suficiente. Urge la necesidad de abordar la verdadera anomalía del mal, su naturaleza ideológica. Una cuestión de ideología de confrontar la afección de unos y otros.
Plaza de Santo Domingo
    El origen de estas conductas relacionales, que rebasan el nivel de lo aceptable, reside en la posición de subordinación de la compañera hacia el varón, del conjunto femenino con respecto al masculino.
      A continuación pongo en consideración de todos, por el Día Internacional de este evento, 25 de noviembre, el manifiesto siguiente: “La violencia de género o machista, que es una mancha negra, llena de palabras frías, insultos y reacciones. Esto lleva a un mal entendimiento en la relación de pareja, lo que hace que la persona maltratada se sienta insegura, se desprecie a sí misma y deje de valorarse como tal.
       No solo afecta a la pareja, sino, también, a los hijos de ambos, que ven y oyen discutir a sus padres permanentemente. Pueden ser futuros potenciales debido a esa situación familiar. Tienen que ser denunciadas estas adversidades para evitar males irreversibles. El ser agredido violentamente y continuamente se puede pensar que no sirve para nada, ser socialmente inútil y, así, vivir sometidos al miedo e inseguridad. Es una falta de respeto al que lo padece, tanto moral como personal, incomprensible e inconcebible”.

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