LAS CRUCES DE MAYO EN LA PALMA

Cruz del Tercero en 2016

                              Es una fecha efímera, arraigada en el corazón de todos los palmeros. No solo por el valor fundamental tomado por ser símbolo fundacional, sino por el cariño de adornarlas como muestra de la ilusión y esfuerzo de unos pocos para el regocijo de los demás. En popular y tradicional se ha vuelto una jornada, única y sencilla, entre la gente amante de lo suyo con sabor a fiesta.

                              Lo típico y anecdótico se transforma en personajes y escenas de la vida cotidiana de un pueblo, que sabe resurgir de sus entrañas el pasado memorable y presente bullanguero en la vida social de entre familias. Lo cultural toma buena nota en muchas de ellas con una elaboración artesanal de formidable factura en la exactitud y maestría.

Calle del Tanque en 2016

                              Este arte nos acredita ser acreedores en Canarias de posesión de un hecho, y, al mismo tiempo, de una vocación de generaciones ancestrales, trascendiendo en veneración en el que Jesucristo, nuestro Señor, culminó su Pasión.

                              Lo importante consiste en que desde la iglesia hasta los colectivos culturales, vecinales y otros se han involucrado en los más mínimos detalles, aportando sus ideas para mejorar en el florecimiento del trabajo y embellecimiento en el organizar los actos de las Fiestas de Mayo en La Palma.

Periodista Juan Fº Pérez en 2016

       Más de cien maderos engalanados en los catorce municipios manifiestan una visión floral y devoción, en medio de tracas y fuegos artificiales, que se mantiene viva en la historia y es un acontecimiento inigualable. Son hechas en su mayoría con material reciclado, centrando la atención de los curiosos visitantes, inmortalizando el momento y resaltando la original iniciativa. Una labor que no sería posible sin la implicación voluntaria a colaborar de manera altruista.

                              La procesión con la Santa Cruz de plata, compatrona de la ciudad capital, hizo el mismo recorrido de años anteriores desde la parroquia Matriz de El Salvador hasta la homónima de San Francisco de Asís pasando por delante de la Cruz del Tercero, lugar conmemorativo a la fundación de Santa Cruz de La Palma con el nombre de Villa de Apurón, 3 de mayo de 1493, por el Adelantado Alfonso Fernández de Lugo (c.1456-1525), anexionándola a la Corona de Castilla y donde se celebró la primera misa en acción de gracia.