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domingo, 9 de octubre de 2016

PREGÓN DE LAS FIESTAS EN HONOR DE NUESTRA SEÑORA DE LA LUZ Y SAN TELMO DE 2016 (y II)

San Telmo
                                El santo dominico, anónimo, procedente, probablemente, del convento de dominicos de San Miguel de las Victorias, después de la desamortización, protector de mareantes y pescadores, recorría en su festividad, 15 de abril, las calles del barrio, cargado a hombros de fervorosos marinos.
                               En el rotativo del “Diario de Avisos”, Decano de la Prensa de Canarias, del viernes, 13 de septiembre de 1974, se publica un poema de Bejeque, titulado: “Marinas”, y que posteriormente se incluye en el programa de 2000.
-Calles y rincones
con piedras del mar.
Sal, redes, balcones,
luna y pleamar.
   Espadaña de La Luz,
ojos sobre la bahía.
Bronce de campana vieja,
mellada de sol y días.
   Barco de San Telmo
navegando en piedra.
Incienso del tiempo
en velas sin viento.
   Rincones quietos del Cabo,
con sabor de varadero.
Cachimbas marineras
de anécdotas y cuentos.
   “Fama”, “Mosquito”, “María Luisa”,
“Zaragoza”, “La Verdad”,
foque, trinquete, cangreja,
velacho, gavia… ancho mar.     
Exhibición pirotécnica
                              El crecimiento demográfico del barrio ha variado a partir de los años sesenta del siglo XX, que desde entonces se ha visto incrementado por edificaciones privadas y públicas. La lenta transformación se ha percibido en el cambio de su anatomía urbana. Se destaca con rasgos distanciados de un pretérito no lejano de lo burgués y corriente, quedando descubierta la suntuosidad en muy pocas viviendas, porque en su totalidad son de estilo canario y de una sola planta, surgiendo, después, las modernas y vanguardistas.
                              A pesar de que muchos periodos de nuestra historia estén escasamente documentados, las fuentes existentes nos permiten arrojar alguna luz sobre la vida y costumbres de nuestros antepasados. En la mayoría de las ocasiones las costumbres no diferían de la de los otros palmeros, pero en casos particulares se nos presentan con una sencillez propia. Se trata de aportar algo a la vida diaria de nuestros antecesores.
                              No hubo algo más necesario que los famosos chorros de agua que abastecían a la población. Este entorno capitalino no estuvo exento de tal necesidad. Muy pocos dueños contaban con ese servicio en propiedad registrado por cajas, casillas, adosadas a paredes o muros y que se hacían unos cálculos en gasto del suministro como una ¼, ½, ¾ y 1 paja. Contó con tres de ellos, me refiero a los chorritos como se conocían vulgarmente, que estaban en la Plaza del Tanquito, Timibúcar y en El Cabo. Abundan numerosas anécdotas que a muchos le dieron dolor de cabeza y algunos sustos por las largas colas que se formaban a su alrededor.
Fiesta de La Cruz. 3 de mayo
             Cuando se aproximaba la fiesta de las cruces se respiraba un nerviosismo por la competitividad y el afán de superación. Sólo, en principio, hubo dos cruces, una en la plaza del Tanquito, que fue de tierra, denominada popularmente por el “Llano de la Cruz”, y la de La Luz. Años después se fueron incorporando otras, por ejemplo, las de las calles de San Telmo, Navarra, Cooperativa San Martín, Galión, Quisisana y plaza del Periodista Juan Francisco Pérez.
                              En el barrio se desempeñaban los más variados oficios de panadería, zapatería, carpintería, tabaquería, carnicería, ventas… como la de Santo Domingo a donde se iba a comprar el carbón vegetal para alimentar los fogones de las viejas cocinas y existía una escuela de niñas hasta 1962 en la calle del Tanquito y de niños en Virgen de La Luz.
                               La afición al fútbol, según fuentes acreditativas, fue introducida por soldados catalanes venidos por reemplazo al servicio militar obligatorio. La gente del barrio no dio la espalda a dicho deporte. Jugaban en la explanada, plaza de San Fernando. Se fundó “Los Bachos”, que despertó gran interés entre los vecinos. Surgió el “Palma” en 1922 y en su extinción en la calle San Telmo se fundó el “Club Deportivo Mensajero”. En 1932, se constituyó el “Aridane” por el simple placer de practicar dicha actividad y el “Marino” fue un club más reciente con camisetas de franjas verticales verdes y blancas y calzón blanco con medias de iguales colores. En categoría Alevín tuvo un grupo, que quedó campeón en la temporada 1977-78.
Plaza de La Quisisana
                    Esa lejanía en el ayer nos ha hecho cicatrizar la tragedia de la “Quisisana”, 13 de enero de 1951, que nos conmovió y que, con énfasis y frecuencia, circulaba de boca en boca. Tendría 8 años y medio, cuando contemplaba la llegada de los cadáveres al muelle desde esta plaza. Hemos querido patentizar para siempre el recuerdo de los que fueron convecinos. En su nombre se inauguró en 2001 el espacio y Casa de la Cultura. Cuenta el barrio, desde el 2010, con una nueva Asociación de Vecinos “Luz Naciente de San Telmo”, con proyectos de trabajo para la mejora del entorno.                                                                                                Hago notar las diferencias que hay de un pasado añorado y un presente renovado en la fisonomía arquitectónica impulsado a la restauración y ampliación de su modernismo. Su epidermis, que consistía en fincas rústicas o de servidumbre, se transformó en un entramado vecinal.
Plaza del Tanquito
                              Recuerdo que, en la plaza del Tanquito, mi familia, mis padres, tenían un horno artesanal en el que elaboraban cualquier clase de producto con el consiguiente olor al pan de manteca por La Navidad, en donde nací y estuve viviendo hasta 1990 y en la actualidad lo hago en mi domicilio familiar de la calle Morales, tenía la cruz de madera en el centro, aunque estuvo en diferentes sitios, sin embargo, está en su ubicación original. Los muchachos jugaban con pelotas de papel y a distintos juegos, que solamente existen en la mente de pocas generaciones. En el periodo de 1970 a 1975, siendo alcalde Miguel Perdigón Benítez, perdió  su fisonomía peculiar y se convirtió en zona de aparcamientos con cierta inclinación con respecto a la rasante de las calles colindantes. Más tarde, en la tercera y última etapa del alcalde Antonio Sanjuán Hernández, tomó la actual configuración.
                               El acceso al puerto por el “Reguerito” hubo un horno de cal, junto a la carretera y destaco las visitas de Nuestra Señora de Las Nieves por las Bajadas y la de Fátima en 1990, la “Virgen Peregrina”.
Calle de San Telmo
                              Nos trasladamos al rincón más emblemático, la calle de San Telmo. Guarda una arquitectura canaria de espléndido sabor tradicional, que se mezcla con la ecléctica, fruto de las reformas de las fachadas de sus viviendas, algunas de influencia portuguesa, realizadas en muchas de ellas en el XIX y principios del XX. Conserva su tipismo con carisma señorial por donde los años han transcurrido con mimo y lentamente. Se denomina, como en muchas otras zonas, “Calle del Medio” por su situación con las demás. En su extremo más meridional posee la prisión, inaugurada a finales de la década de los cincuenta, y el cementerio de 1871. Fue el paso obligado de los féretros, como sería el de Manuel Díaz Hernández, el Sr. Díaz, y haciéndolo sus restos en el traslado a la parroquia Matriz de El Salvador, la tarde del 28 de agosto de 2008, desde donde nunca pudieron haber salido. Unos fueron multitudinarios por el rango o la amistad que se guardaba con el difunto. Aún, le invade el aroma de incienso y la brisa peregrina, acariciándole con el bullicio de procesiones. Los viejos y desgastados adoquines acallan las pisadas del antaño cuando la bella y sentida imaginería, reliquias de maestros en el movimiento de la gubia y despertaba cada lustro de ese letargo obligado al pasar los carros del “Minué” y de la “Virgen” con ecos de la “Danza de Los Enanos”.
                              Por otra parte albergó el antiguo “pósito de Camillón” fundado en 1644, llamado “Arca de Piedad y Misericordia” con la finalidad de socorrer a pobres menesterosos, por el Licenciado Gaspar Hernández Camillón, presbítero, y en ella residía María de San José Noguera de Acosta, piadosa mujer de la Venerable Orden Tercera dominica que dio muestras de sus revelaciones respecto a la Bajada de Las Nieves, fomentando, así, su devoción.    
Juan B. Lorenzo Rodríguez
                               Podemos citar personas destacadas en lo cultural y social como Juan Bautista Lorenzo Rodríguez, Alcalde Constitucional y Cronista oficial de Santa Cruz de La Palma y Manuel González Méndez, que fue el pintor más universal del siglo XIX. Desde la última mitad de la centuria pasada hacemos una lista ilimitada y nombramos a los alcaldes Miguel Sosa Pérez, Gabriel Duque Acosta, Santiago García Cejas, Antonio Sanjuán Hernández, Anselmo Pestana Padrón, actual Presidente del Excmo. Cabildo Insular, y Juan Ramón Felipe San Antonio, y a otros como Isidro Acosta Hernández, Domingo José Cabrera Benítez, Felipe Damián López Rodríguez, prestigioso músico autor de la “Loa a la Virgen de La Luz” en 1966, dedicándola a su esposa y que cumple 50 años, Julio Hernández Gómez, que fue director de las bandas de música Santa Cecilia y de la actual, Banda Municipal de San Miguel, presentándola con su primer concierto el Día de Reyes de 1975, Rosendo Hernández González, Julio Manuel Marante Díaz, Pregonero de las fiestas Lustrales de 2005, Miguel González Pérez (Fife), que fue nombrado Hijo Predilecto de la Isla de La Palma, el 26 de febrero de este año, Manuel González Plata (Bejeque), Jorge Lozano Van de Walle, Antonio Jesús Trujillo Armas (Poeta gomero), Anelio Rodríguez Concepción, pintor autodidacta y uno de los pioneros en La Palma del cine amateur, Fernando Brito Rodríguez, Carmen Nieves Díaz Alayón, primera Pregonera de la Bajada de la Virgen de 2010, Jaime Pérez Acosta, Francisco Concepción Pérez (Quico), con el apelativo de “Pintor de la Caldera de Taburiente”, Felipe Santiago Fernández Castillo, destacado folclorista canario, Juan Manuel Pérez Santos, conocido popularmente por “Juanera”, destacando por su extraordinaria voz como barítono, Francisco Martín Hernández, conocido por “Pancho”, vieja gloria en el deporte vernáculo, y Sosó, con su popularidad en el personaje del Carnaval “La Negra Tomasa”, y muchos más por no hacer extensa la lista.
                              Desde esta pequeña plaza almenada, dando un encanto privilegiado en un pedestal pétreo, fidedigna vista a divisar la inmensidad de los humanos pensamientos y la grandeza de lo que guardamos dentro de nosotros y exteriorizamos conforme suceden los acontecimientos, nos ha servido de mirador al amerizaje de un hidroavión; atraque de submarinos; buques de guerra; grandes cruceros, veleros, llegada de los helicópteros con los Reyes y Príncipe de Asturias, y autoridades invitadas en la inauguración del Astrofísico en 1985 y un largo etcétera.
   -Campanas y más campanas,
dulce sonar de alegría,
en el Día de María
de La Luz y de San Telmo.
   Madre santa, Virgen pura,
recibe mis ataduras,
defiéndenos del maligno                
en la vida y en la muerte.

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