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domingo, 25 de diciembre de 2016

JUAN SEBASTIÁN DE ELCANO

Con las primeras luces del alba y con el anaranjado del sol
                              La legendaria embarcación volvió al puerto de Santa Cruz de La Palma, una vez pasado dieciocho años, en el marco de sus ochenta y ocho de cruceros de instrucción. Con las primeras luces del alba se divisó su esbelta silueta, que conformaba una estampa de postal con sus cuatro mástiles, lunes, 5 de diciembre de 2016. La jornada irrumpió con el anaranjado del sol, que hacía refulgir el dorado de su mascarón de proa, mostrando con elegancia a la diosa Minerva. Entraba lentamente en las mansas aguas de la bahía palmera hacia la línea de atraque, inmortalizando un momento histórico con su sexta escala, siendo la primera del siglo XXI.
                              El buque escuela de la Armada Española de Guardias Marinas es uno de los barcos más representativos y de los mayores más antiguos veleros que aún navegan. Su misión es formar a los futuros oficiales. Con este objetivo suele realizar anualmente un periplo alrededor del mundo con seis meses de duración. Las tres cuartas partes transcurren en la mar y durante ese periodo los alumnos reciben clases y participan en todas las actividades de cubierta.
Mascarón de proa. Detalle
                              Fue construido en los astilleros “Echevarrieta y Larrinega” de Cádiz y botado el 5 de marzo de 1927, como un bergantín-goleta de cuatro palos con el trinquete cruzado. Toma el nombre de un insigne navegante, protagonista de una de las importantes hazañas marítimas. En su larga vida de navegación ha paseado por todos los mares, sorteando profundos océanos y fuertes vientos gracias a sus contrastadas características marineras y recalando en distintos países. En su haber cuenta con diez vueltas al globo terráqueo. Es reseñable su participación de embajada flotante al mostrar su pabellón. Su presencia en cualquier lugar del extranjero suscita admiración, apoyando a la política exterior de España.
                              Si las condiciones del tiempo lo permiten siempre navega a vela o puede hacerlo de forma mixta, acompañada con motor, o bien a palo seco auxiliado por un pequeño propulsor, que se utiliza en las maniobras de llegadas y salidas de las dársenas.
Los siguientes datos son tomados de un díptico informativo:
               a) Características: eslora: 113 metros; manga: 13,2 metros; puntal: 6´3 metros; guinda: 48,7 metros; calado: 7,3 metros; velocidad máxima (motor): 11 nudos y autonomía a 5,5 nudos: 13000 millas.
               b) Dotación: 1 capitán de navío. Comandante; 1 capitán de fragata. 2º comandante; 1 capitán de corbeta. Jefe de estudios; 20 oficiales; 51 guardiamarinas; 20 suboficiales; 140 marinería y 6 civiles.
Saliendo del puerto
                              Una vez fijadas las amarras, mientras sonaban los acordes de la banda de música de a bordo, estuvo cuatro días, durante los cuales se sucedieron numerosos actos honoríficos de índole cívico y religioso.
                              Según una entrevista al capitán don Victoriano Gilabert Agote, indicando que la dotación en el presente viaje estaba formada por 215 personas de las que 45 son guardiamarinas, es una promoción relativamente pequeña, ya que en la anterior ocasión albergó 80.
                              Partió de su base oficial en Cádiz, 20 de agosto, rumbo a Lisboa (Portugal), en septiembre recaló por Gran Canaria y desde allí a la península de Cabo Verde (África), continuando a Brasil, una vez cruzado el atlántico. A su regreso volvió por Dakar, capital de Senegal. De este último enclave africano procedía al llegar a nuestra Isla de La Palma.
Frente a la costa
                              A la una de la tarde del viernes, día 9, zarpó hacia Casablanca (Marruecos), en su escala número sesenta y ocho, con el propósito de retornar con nuevos bríos. Al  igual que en su arribada, a los sones musicales continuó en su última travesía, antes de regresar definitivamente a su destino.
                              La presencia en el dique fue un espectáculo para motivar a la concurrencia de curiosos y visitantes por ser puertas abiertas en su estancia. Por fin, llegó el momento esperado pero, también, no deseado de su despedida, que lo hizo con sus paños desplegados, una vez frente al litoral de la ciudad, que pausadamente se iba difuminando en el horizonte por la lejanía y la vaguedad de las nubes, que por imprecisión de su posición por falta de exactitud. A grandes rasgos, lo comentado anteriormente, fue pinceladas y nada más que eso.   

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