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domingo, 11 de diciembre de 2016

TIEMPO DE CASTAÑAS

                              Sugerente es la época del año cuando vemos florecer los castaños, degustando después el apetitoso fruto. El origen es confuso y contradictorio. Por  otra parte tenemos la etimología del nombre (Castanea Sativa), según quien lo interprete, ya que en esto de la investigación hay para todos los gustos, proviene de la ciudad griega de Kastania, a donde parece ser que fue llevada desde alguna región del Cáucaso sobre el siglo V antes de Cristo, sin embargo, otros afirman raíces indoeuropeas, demostrando que procede del vocablo Kas, cuyo significado es pinchar por los picos de sus erizos.
                              A nivel personal diría que es el manjar de los dioses. Lo es por su sabor y textura, sea como sea su uso culinario en todas las cocinas del mundo. Se ha extendido las muchas presentaciones en diferentes platos, originando pinceladas curiosas de destacadas situaciones y concursos en el arte de la gastronomía y de un buen gourmet.
                              Contamos con una tradición, venerándola con anhelo y acompañándola con el vino de la tierra. Se abren las pipas de nuevos caldos al socaire de las bodegas, que en cada una de las islas tienen características individuales derivadas del micro clima y el terreno donde crezcan las viñas.
                              En este tiempo tenemos que agradecer lo que estamos viviendo y potenciar su consumo. Fueron una importante fuente de alimentación básica en el sur de Europa, sudoeste y este de Asia y este de Norteamérica. Durante la Edad Media, en el mediodía del viejo continente, las comunidades que vivían cerca de los bosques poblados por dichos árboles y que padecían la escasez de la harina de cereales recurrían al abastecimiento de tal materia prima como principal medio de carbohidratos.
                              La explotación por sus ventajas energéticas y madereras son utilizadas, desde fechas remotas, por los griegos, hace más de 2500 años, pasando al resto del orbe latino, atribuyéndose a los romanos su expansión por las tierras conocidas, aunque se cree que antes habían en suelo español.
                              Su exquisitez se saborea como crudas, guisadas, asadas, dulces, trituradas, pasteles, pastas y muchísimos otros modos, según las modalidades adquiridas. Con lo comentado nos introducimos en la existencia de múltiples recetas con referencia a su recuperación en este campo de siempre, especialmente en Italia.

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