El agua, algo más que un recurso es una necesidad para la
supervivencia, cuya gestión del servicio, un bien público y un derecho humano
reconocido por la ONU, requiere medios, especialización, experiencia y
colaboración. Cuidar de ella es apostar por el futuro.
Tener en cuenta la conmemoración del Día Mundial del Agua, 22
de marzo, es hacerlo a favor del desarrollo sostenible como un pilar esencial,
que se está viendo afectada por el cambio climático. Las previsiones de la
Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) manifiestan
que, sí no se adoptan nuevas políticas, en el año 2050 cerca de la mitad de la
población en general vivirá en áreas bajo estrés hídrico severo.
Si la sostenibilidad es el equilibrio entre lo económico,
social y ambiental el líquido elemento es seguramente uno de los factores
posibles.
Se produce el siguiente manifiesto, que transcribimos a
continuación: “Esta producción de energía hidroeléctrica habitualmente va asociada a embalses que
cumplen funciones de abastecimiento para distintos usos, y se lleva a cabo de
sistemas de gestión al aire libre voluntario y certificado, que obligan a la
mejora continua en el control de todas las residuales generadas, así como en la
preservación del estado ecológico de los almacenamientos y los tramos regulados
asociados , que conforman una utilización eficiente de los recursos naturales”.
El mantenimiento de la biodiversidad es un pilar
fundamental dentro de los planes generales:
“El agua entendida como recurso, hábitat, y sustento indispensable para la vida
juega un papel trascendental en la conservación de la biodiversidad”. Tenemos
que frenar un problema que nos concierne a todos, para que cada ciudadano pueda
llegar a disfrutar en el consumo de la misma, que es un medio esencial para el
desarrollo de la vida y del progreso humano.
Si hacemos énfasis en el aumento de la demanda, que se
origina como consecuencia del crecimiento de la población, agravamos la
situación. Hace veinte años se ha querido significar un día específico que nos
ayuda a reflexionar sobre los retos pendientes.
Es un eje transversal y vertebrado de vida, fundamentalmente
para lograr el desarrollo. Es un derecho humano. No debemos olvidar que hay 842.000
muertes anuales, que están relacionadas con la utilización de fuentes
contaminadas lo cual provoca enfermedades como el cólera, la disentería o la
fiebre tifoidea. La garantía, es la base para el cumplimiento de muchos otros
compromisos, según nos referimos a la alimentación, salud, progreso económico,
medio ambiental sano, etc.
Ante los efectos negativos del cambio climático, como la
presencia de fenómenos meteorológicos extremos con periodos de sequías
prolongadas, hay que activar urgentemente planes de emergencia con capacidad de
remediar el problema a favor de los más desfavorecidos.
Nos atañe a todos y debe de ser abordado desde una
perspectiva integral que incluya los aspectos más técnicos, pero, también,
iniciativas de carácter educativo y social, contribuyendo a una auténtica
transformación de la vida de las personas, brindándoles las oportunidades
necesarias para que los menores adquieran hábitos positivos.
Más allá de la educación tradicional, es decir, del simple
hecho de impartir un conocimiento, consiste relacionar al hombre con su entorno
y buscar un modo nuevo de actitud, una toma de conciencia sobre la importancia
de conservar y mejorar nuestra calidad de vida. A los niños y niñas, de tres a
seis años, les sirve para desarrollar su sensibilidad por tener una gran curiosidad
y necesidad de descubrimiento, observación y exploración, comprendiendo su
propia responsabilidad para la formación. Por tanto, depende en gran medida la
enseñanza y posteriores hábitos educativos de la niñez y juventud. Por esta
razón, le corresponde a la pedagogía y escuela desempeñar un papel fundamental
en este proceso.
Debemos avanzar hacia unos objetivos prioritarios, basados en
la autosuficiencia energética y el residuo cero. Aplicación y cultura es
primordial para construir el futuro, que suponga la implicación e incorporación
de toda la sociedad. No hay tiempo que perder, ya que el planeta no puede
esperar.
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