fecha

 

domingo, 10 de diciembre de 2017

UN PUEBLO Y SU FUENTE SANTA

Pueblo de Fuencaliente. Isla de La Palma. Los Canarios
                              Un pueblo, Fuencaliente, dormido en la quietud de los paisajes inhóspitos de cráteres y densas extensiones de lapilli y piedras negras, que se asientan con cimientos de cenizas y formaciones naturales, invitando a los inmensos pensamientos del hombre a enfrentarse a la aridez concebida en el seno de las profundidades del núcleo terrestre por los vómitos del magma a causa de convulsiones en el manto con feroz e incalculable vaticinio. No es nada confortable en lo cotidiano, mezclado con los pinos y de una vegetación de monte bajo, conjugando la armonía sincronizada al clima cálido y del flujo y azote de los alisios, junto a las circunstancias catastróficas de incendios, diluvios u otros fenómenos del medio.
                              La mar rompía con las olas la soledad de la noche en ese frío solar insular del Sur, conservado junto a dormidos volcanes y a la torre que altiva conduce a puertos cercanos las naves que se aproximan por la punta meridional de La Palma, para que apareciera un nuevo día y el horizonte nos mostrara un sol dividido en dos posiciones antagónicas, señaladas por un único fenómeno del cielo.
Fuente Santa. Fotograma
                              Mientras tanto, Basilio y Deborah, siguieron su camino a un paso menos presuroso, viajando durante la sombra nocturna y descansando durante las primeras horas del día.
                              - Ha sido un viaje duro debido a nuestra avanzada edad, - le dijo el hombre a la mujer. De pronto, a lo lejos, se podía ver en el horizonte el despertar de las luces del amanecer.
                              Poseían una casita cercana a la Fuente Santa adónde iban varias veces a la semana, a tomar unos baños y, así, mejorar su maltrecha salud, que hace algún tiempo padecen con iguales síntomas, hasta que regresan aprovechando la frescura de la tarde.
                               Deborah se detuvo. Hizo una pausa y dijo:
Las Indias. Fuencaliente
                              - No debemos sentarnos y esperar a que Dios realice mediante un milagro lo que nosotros debemos hacer aplicando las fuerzas que Él nos ha dado. El poder para el bien está y ha estado en los hombres desde siempre. La voluntad nos ha hecho mejorar con el sacrificio y esfuerzo constante. Nos sentimos dichosos de que esté en nosotros la aceptación de esa fe y la admisión de las grandes propiedades curativas del agua.
                              En la estancia destinada a la intimidad de la pareja luchaba por recomponerse la insegura llama de un candil, en el transcurso del diálogo y la esperanza. Se tambaleaba vacilante y, por consiguiente, consentía el fuerte flujo del vendaval para apagarse.
Señal pétrea. Ubicación
                              - Bueno - dijo Basilio, tras corto titubeo -. Hemos de ponernos en marcha. Cuando salieron ya comenzaba a caer una tenaz oscuridad y un prolongado momento de incertidumbre y descontrol, que originó en ellos un estado de gran ansiedad. Sus rostros estaban pálidos y abrumados, que revelaban profunda preocupación. Entonces Deborah miró a su marido con ojos asombrados:
                              - ¡Lo estoy viendo, Basilio! - murmuró. Cuando la vivienda estaba envuelta por gran cantidad de material volátil, que hacía imposible respirar con normalidad.
                              - Un volcán ha salido - contestó Basilio nervioso y asustado por la incertidumbre del suceso acaecido en aquel instante, mientras furiosamente la colada roja y humeante corría ladera abajo con voraz intención destructora. Era 13 de junio de 1677, cuando sucedió la erupción del volcán de San Antonio, que lamentablemente sepultó el manantial de características termales con beneficios curativos-medicinales, reconocidos por los colonizadores europeos como, también, por los antiguos pobladores, en enfermedades de la piel.
Galería. Interior
                              Las charcas se encontraban al pie de un acantilado de ciento cincuenta metros donde hay una playa de callaos, Echentive, se formaron dos denominadas San Lorenzo y San Blas.
                              Después de repetidos intentos de encontrarlas y de los fallidos medios de volverlas a tener con las pérdidas económicas de múltiples métodos de ingeniería, mediante la excavación de pozos, hace pocos años se realizó el sistema de galería siguiendo en la pared rocosa una cruz de piedra natural, que marca el punto exacto de dicha fuente. El objetivo principal es construir un balneario con accesibilidad adaptable a las necesidades de los usuarios con unas instalaciones hoteleras en condiciones a un turismo de competencia y calidad se refiere. Conservan elevados contenidos en sales, temperatura y dióxido de carbono, que en su especialidad se consideran de un alto nivel en España y las mejores de Europa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario