SAN ANDRÉS Y SAUCES Y SUS BELLEZAS

Los Sauces. Vista aérea

                              Recién acabada la conquista de La Palma, se procede a los repartimientos de tierras y aguas. Los del Llano de los Sauces se partieron en dos mitades, una que reservó para sí el Adelantado y la otra para el comendador Pedro Benavente. Sin más novedad en el resumen histórico de este hermoso y rico lugar del noreste isleño, se dio comienzo al asentamiento poblacional hasta nuestros días, con progresiva prosperidad y mejoramiento en las vías de comunicación terrestre y marítima en pro de la pesca, producción agrícola y ganadera aumentando su economía, cultura y bienestar social de la zona.

                              Pronto se instalan los ingenios azucareros, que dan gran actividad y desarrollo. San Andrés cobra gran importancia y desde aquellos tiempos tiene la categoría de villa, título desaparecido y que, posteriormente, le fue renovado por la Junta Soberana en 1868. De esa relevancia es fiel reflejo el hecho que hubiera dos escribanos, cuando sólo lo había en la capital.

Puente de Los Sauces

                              Como los demás pueblos tenía su alcalde pedáneo y alguacil, con residencia en el lugar villero hasta que, por su crecimiento residencial, Los Sauces logra poseer el suyo. Habrá que destacar la existencia de dos pósitos, hasta que se fusionaron en uno.

                              La parroquia y bautismal del santo apóstol fue fundada en 1515 por las Sinodales del obispo Fernando Vázquez de Arce, desconociéndose la fecha de su primera edificación, y, por su parte, se declaró parroquial anexa la de Nuestra Señora de Montserrat.

                              El municipio adquirió tal renombre en virtud de la Constitución de 1812, denominada La Pepa por proclamarse el 19 de marzo en Cádiz, obteniendo el nombramiento de ciudad de Los Sauces.

Villa de San Andrés

                              Hay el patrimonial conjunto de cuevas de san Juan, contándose la del Tendal, cuyo entorno se ha mejorado y cuenta con un centro de visitantes, que permiten reconstruir buena parte de la vida aborigen palmera.

                              Por otro lado, el núcleo antiguo de San Andrés forma uno de los cascos más notables del territorio insular. Allí podemos hallar el templo principal con una nueva estructura, que data del XVII. En su interior se conservan muchas obras de arte, siendo uno de los primeros construidos en la isla. En su interior destaca el artesonado de las capillas y los retablos, magníficos ejemplares del barroco isleño. No dispone de entrada al pie de la única nave, sino de dos laterales y adquiere una planta de cruz latina, ejerciendo sus dos brazos de capillas colaterales, la del  Evangelio dedicada a la Virgen de La Victoria y la, de la Epístola, a la homóloga del Rosario. Está orientada la central hacia el naciente por razones simbólicas. Por sus valores histórico-artísticos fue declarada como BIC (Bien de Interés cultural) con la categoría de Monumento en 1986.

Nacientes de Marcos y Cordero

                              La iglesia de Montserrat fue levantada una vez finalizado los episodios narrados. Sin embargo, ha sufrido grandes modificaciones en sus dimensiones y estética. La última efectuada la hubo en la segunda mitad de la centuria pasada. Demolida la anterior fábrica dieron comienzo las obras de la actual el 17 de enero de 1965 y tres años después, 27 de abril, es inaugurada por el obispo nivariense, Luis Franco Cascón. La vieja espadaña fue desmontada y se conserva en un lateral de la actual, que presumía poseer uno de los primeros relojes solares palmeros. Atesora flamantes piezas flamencas como La Piedad, titular del convento franciscano del mismo nombre y una pintura sobre tabla.

                              Hay otras edificaciones religiosas, según avanzamos como las ermitas de san Juan Descabezado en Los Galguitos, san Pedro en Las Lomadas, san Sebastián y los restos conventuales.

Plaza de Montserrat

                              Tiene su actividad básica en la agricultura, que es la principal fuente de ocupación. Sus tierras se reparten para cultivos de secano y regadío. De los primeros son las papas y plantas forrajeras, mientras el resto se consagran a plataneras. La pesca se concentra alrededor de Puerto Espíndola en un espacio rústico de fácil acceso, cercano a las piscinas naturales de Charco Azul, de ocio y recreo turístico con área de baño, ubicadas en una costa rocosa.

                              La progresiva erosión de los barrancos en ocasiones da lugar a la formación en sus cabeceras de calderas como la de Marcos y Cordero. La impermeabilidad del terreno permite el afloramiento de las aguas infiltradas a través de las capas superiores, dando pies a la aparición de nacientes y manantiales.

                               La orientación y la disposición de los barrancos determinan la influencia de los alisios, que repercute en la abundancia del líquido elemento y verde vegetación. La altitud marca las lógicas diferencias entre el litoral, zonas medias y cumbres.

Charco Azul

                              El Parque Natural del Monte de Los Sauces engloba una amplia superficie del término municipal, desde la crestería de la Caldera de Taburiente, descendiendo los 300 metros. Enclave de accidentada orografía de especial interés geomorfológico, botánico y faunístico, que dentro del mismo está la Reserva de la Biosfera de Los Tilos declarada por la UNESCO y que con una extensión de 511 hectáreas supone un profundo y espectacular cauce, donde se desarrolla una de las mejores manifestaciones del bosque de laurisilva de Canarias.

Barranco de san Juan

                              El Cuchillete de san Juan es un espléndido panorama que llega hasta el mar, acogiendo un característico cuchillo fluvial propio de la geomorfología erosiva y una de las grandes representaciones de la flora termófila del piso de transición con sabinas, acebuches,… y restos de otras especies.

                              A lo largo de un ameno recorrido por senderos y accesos se ofrecen hermosos rincones con las numerosas ñameras, que aprovechan el abundante caudal.

                              Todas las opiniones coinciden al catalogar el nuevo puente como la obra de ingeniería de mayor envergadura que se ha ejecutado hasta la fecha en el archipiélago. Entre otros aspectos ostenta el honroso título de ser el más largo (357 metros de longitud) sin apoyos intermedios de España y Europa. Fue abierto al tráfico rodado el 18 de diciembre del 2004. Se ha convertido en un símbolo y en la obra más emblemática del milenio.