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domingo, 8 de diciembre de 2019

LAS ESCULTURAS TAMBIÉN HABLAN

Guerrero de Gassiar-1977. Henry Moore. Santa Cruz de Tenerife. Ramblas
                              Es lamentable observar como las esculturas ubicadas en los espacios públicos de nuestras ciudades se encuentran llenas de pintadas vandálicas. Han aparecido con mucha frecuencia con grafitis y garabatos, ocasionando una situación desagradable ante la falta de respeto de algunos para el arte.
                              Este trabajo sirva como reflexión a aquellos incivilizados entre la ciudadanía amante del buen gusto, belleza e historia, que orgullece la trayectoria de un pueblo, que sabe valorar su patrimonio artístico, cultural y social. El miércoles, 13 de noviembre del año en curso, se publica un artículo en el periódico EL DÍA de Santa Cruz de Tenerife, cuya autora Eloísa Reverón, denuncia la oleada de atentados sufridos por muchas de ellas en la capital provincial.
Lady Tenerife. Martín Chirino
                                Haciendo un inventario de las obras afectadas encontramos las denominadas: Dado para 13 de Remigio Mendiburu; Lady Tenerife de Martín Chirino; Homenaje a Gaudí… exhibidas en el parque García Sanabria y a lo largo de Las Ramblas.
                               Lo relatado me ha hecho buscar en mi archivo lo que publiqué en el mismo diario de la prensa tinerfeña  y con el título aludido “Las esculturas también hablan”, con referencia al 17 de febrero de 2001, que a continuación transcribo íntegramente:
                              “En este tiempo nuestro, dominado por el materialismo, coreado por tantas frases en serie y con fines comerciales, de la sociedad de consumo ya puede considerarse triunfo o heroísmo observar, una y varias veces, una escultura en un lugar cualquiera y público.
Sin Título. Andreu Alfaro
                              Con ojos sagaces y con un corazón enteramente abierto a las bellezas de nuestra ciudad, desde siempre me ha encantado la escultura del guerrero caído.
                                    A ella me he acercado y, en una de tantas ocasiones, leí la inscripción en una pequeña placa, que dice: “HENRY MOORE-GUERRERO DE GASSIAR-1977”.
                               Su mole impresionante es auténtica comunicación de un lenguaje oculto en las entrañas de su estructura. Es antología de generaciones, que han dejado huellas indelebles.
                              Cuando me despierto de la extática contemplación o simple meditación, frente a ella, vuelvo a cerrar los ojos para evocar, así, en el presente, el valor de su coraje o arrojo.
Feme Bouteille. Joan Miró
                              A mi juicio, me dice: `Juntos por el sendero y por la arboleda que nos rodea, y nos da sombra para saciar nuestra sed de bohemios, escuchando el rumor de no sé qué o el lejano tañer de una campana.
                              Nos separó el destino por fuerzas ajenas a nuestra voluntad, pero jamás podrá anular nuestro existir y dondequiera que estés estoy contigo, porque te llevo en mi esencia´.
                               Un día, no importa cuando, recordando a todos los pueblos marginados me inspiré en su talla y, entonces, compuse el poema:
                               (I).- ¿Qué fuerzas fueron las que te vencieron?/Maltrecho te dejaron en el suelo/sin fuerzas para mantener tu escudo,/…sin valor para defender tu hombría./Al contemplarte… mis ojos se ciegan/con rabia en la oscuridad del olvido/sin gesticular…, ni emitir sonidos./Sombras difusas de mis pensamientos/dejan estelas en mis sentimientos/con deseos de correr a tu encuentro.
                              (II).- ¡Levántate, noble guerrero, y lucha/…por tu raza!/¡Defiende ese orgullo que te infundieron/…en tu sangre!/La sangre derramada por los tuyos/tiene que ser con valor redimida/de la vil opresión del pueblo invasor.
                              (III).- Me agobia el desamor de tu mirada/perdida en el espacio intemporal./Te sorprendo con el rostro desnudo/indiferente a las brisas que besas/y de aquellas efímeras miradas./Desde mi interior frenético suspiro/tu memoria perdida en el vacío,/que por mis ojos ve la lejanía/donde mi boca sin cesar te nombra.
                              (IV).- Se pierde la penumbra de tu sombra/sin tomar el pulso de las imágenes,/para que sean una visión poética/y sensorial en el tiempo y espacio/del transeúnte soñador… y mía”.

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