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domingo, 12 de enero de 2020

HISTORIA, USO Y TRADICIÓN DE LA COCHINILLA

Magnífico ejemplar de tunera 
                              Sin demagogia alguna tratamos algo muy importante en la economía del pueblo canario y, sobre todo, en el ámbito agrícola isleño. Sus repercusiones en el desarrollo socio-cultural tuvieron diversas causas entre las familias. Fue un medio de sustitución a los ya conocidos como el azúcar y el vino, siendo producto de exportación con halagüeña presencia en el mercado mundial, compitiendo en el sector industrial. Renovación y transformación del paisaje, cuya fisonomía volcánica con suelo rico en nutrientes, pedregosos y benigno en el clima y con abundante agua, era ideal.
                              La cochinilla es un insecto que parasita en hojas de las tuneras. Tiene forma de grano entre rojizo y negro cubierto de una pelusa blanca, que se coloca en las pencas envuelto con trapos, sujetos a los picos. Una vez alcancen su desarrollo óptimo (8 milímetros, aproximadamente) se recogen con un cepillo rígido y se colocan a secar al sol o en hornos.
Cuidado y mantenimiento
                              En tiempo inmemorial marcó un antes y un después en la economía doméstica. Sumergida bajo el interés general de uso rural en el maltrecho campo isleño. No cabe la menor duda, que supuso una mirada esperanzadora en el seno de la estabilidad y productividad, consiguiendo un estatus muy elevado a nivel comercial y de consumo.
                              Basándonos en viejas costumbres, dichos y conjeturas populares de algunas tribus mejicanas, que la recogían en los días de intensas tormentas atmosféricas para protegerlas de cualquier daño improvisado por las circunstancias ocasionales y que, además, se aplicaba encima de la piel humana para evitar las picaduras de mosquitos.
Recolección del insecto
                              Los colores púrpura y escarlata, desde siempre, gozaron de una especial atención a lo largo y ancho del Mare Nostrum (Mar Mediterráneo), asociado a la realeza, cuyo descubrimiento se le atribuye a los fenicios, que obtenían el primero a partir de caracoles marinos y el otro de dos invertebrados, uno llamado quermes, de él deriva el vocablo carmín, y con el segundo se coloreaban las túnicas de los legionarios romanos y que, posteriormente, lo ejercitaron en los trajes de la nobleza europea, solventando así la situación comparativa de Europa y su entorno en el momento de la conquista del país azteca.
                              La iniciativa en 1820 de importar ocho nopales cargados de tal apreciada joya, desde el mencionado estado federal americano a Cádiz con dirección a su Sociedad Económica, constituyó una ansiosa contribución al bienestar y prosperidad, consiguiendo en el mismo año una abundante cosecha, por lo que las Cortes a través de un Decreto Ley (DL), 29 de junio de 1822, ordenó excitar el celo de entidades homólogas de las demás provincias, que por su clima adecuado permitiese el cultivo. Sin más trascendencia, en nuestras afortunadas islas se hicieron algunos ensayos satisfactorios y convincentes, llegándose a persuadir ser, algún día, la principal riqueza.
Valoración de los colores
                              Entramos en un capítulo de propuestas por parte de María Victoria Hernández, diputada regional palmera y cronista de los Llanos, quien subraya la necesidad de diferenciar la plaga mejicana de la grana utilizada como tinte, recordando “durante siglos, la flora y fauna de Canarias, autóctona o introducida, ha venido sufriendo continuos ataques foráneos que la han puesto en peligro, como el rabo de gato, que preocupa mucho varias de las islas afectadas y aún no se ha erradicado”. Alertó, no obstante, que desde 2010 se detectó en La Palma un mal que, seis años más tarde, se ha generalizado sobre las conocidas plantas en cuestión y “ha ido pasando de un municipio a otro, desde Fuencaliente hasta las ciudades del valle”.
Selección de varios matices
                              “Preocupa a ganaderos, agricultores y productores de quesos, que emplean palas secas de lo referido en este trabajo para el ahumado del apreciado y tradicional creación artesanal con Denominación de Origen (DO), ya que así lo recoge su reglamento”. Y, por último, indicó  que, aunque estos ejemplares y derivaciones no son endémicos, hoy se han convertido en un recurso agrario, ganadero y paisajístico, sin olvidar la importancia industrial que posee la variedad denominada carmín, que se cultiva especialmente en Lanzarote.
                              Sucedieron bastantes vicisitudes a lo largo y ancho de las décadas, que hicieron tambalear el equilibrio de la balanza productiva. La crisis duró hasta 1863, porque el uso de la anilina se convirtió peligroso para la salud de los operarios. Una vez sucedido lo relatado por el auge de nuevos resurgimientos de origen mineral y animal como las plagas aparecidas en las plantaciones de América, que fueron superadas, volvieron a brillar innovadores planes con apertura de ideas jóvenes y propósitos de otros deseos plasmados en el tabaco, caña, vid… por aliviar la tierra con abonos fertilizantes, concibiendo el escaso porvenir.

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