Empiezo, como finalicé el pregón en 2016 de las fiestas en
honor de la Virgen de La Luz del barrio de San Telmo, de donde parte el origen,
calle del Tanquito, de nuestro distinguido personaje central, que ha desplegado
un abanico de cualidades altruistas, que les hacen acreedor de una mención
honorífica con todo derecho. Víctor Lorenzo Díaz Molina, conocido popularmente
por Sosó, es quien ha encarnado durante los últimos veintitantos años, más de
27, a la Negra Tomasa en los Indianos de Santa Cruz de La Palma.
Lo hace con desparpajo en las citas, lunes de Carnaval, del
acto multitudinario palmero. Mientras el cuerpo aguante, responde a las
preguntas referentes a su capacidad de reacción física y sentimental, animando
con orgullo a punto de cumplir recientemente los 80. Los que le conocen, soy
uno de ellos, tanto en su entorno familiar y de los demás, desde su papel de
carisma público, protagonista indiscutible de La Espera, creen que solo él, no
nadie más, puede decidir.
La etapa ininterrumpida del jolgorio indiano involucrado en
la encarnación de un icono único y notorio ha dado vitalidad y proyección a la
figura, que ha trascendido de lo efímero como lo demuestran el material
relacionado con las fotografías, pinturas, carteleras anunciadoras, literarias
y musicales…
No es menos digno, las excepcionales columnas periodísticas asignadas
a engrosar elogios y otros menesteres a alguien, que ha puesto alma y corazón a
lo imaginable y querido a través del tiempo: “La Negra Tomasa es un personaje
que me ha hecho llorar, reír, cantar, bailar… El entrañable Víctor Díaz Molina,
que encarna a la figura más emblemática de la parodia del carnaval, lunes de los Indianos, ha recibido […] la
Insignia de Oro de la ciudad […]”.
“Por la perseverancia e ímpetu de su noble espíritu de
carnaval, por su capacidad para contagiar la risa, despertar la alegría de la
diversión y potenciar la viveza del personaje irónico y guasón, rasgos distintivos
de la sicología festiva del palmero, y por su entrega incondicional y
desinteresada a la promoción de la cita anual indiana de esta ciudad,
dondequiera que se encuentre y en toda clase de medios de expresión artística y
audiovisual”.
Momentos destacados que relatan una historia y que intentan
copiar, pero que en el suelo insular se vive y sienten de verdad: “Sosó estará
custodiado. Algunas medidas de seguridad se adoptarán para evitar que, como ha
sucedido durante más de dos décadas, se vea abrazado por los cientos de
participantes juerguistas que quieren acercarse y recibir una sonrisa de la
deslumbrante, Negra Tomasa, bajo la pintura oscura, abalorios y enaguas. Su ya
tradicional entrada en la plaza de España, denominada por un día (Lunes de Carnaval),
hace algunos acontecimientos pasados, como Plaza de La Habana. En las
escalinatas, junto a la fachada de la parroquia Matriz de El Salvador, hace
vibrar a miles de personas vestidas de ornamentos blancos para la gran ocasión
festiva y concurrida apoteósicamente”.
Consciente plenamente de la importancia que ha cobrado su
creación, a partir de la serie televisiva protagonizada por el actor, también
de color, de Kunta Kinte, con el título enigmático de Raíces. He deseado
plasmar en pocas líneas los matices más esenciales de mi amigo de siempre,
vecino y conocedor de toda su familia y los pormenores de su trayectoria desde
su infancia hasta la actualidad.
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