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domingo, 5 de abril de 2020

DATOS HISTÓRICOS DE MI SEMANA SANTA

Signo de Pasión
                              Desde hace algún tiempo he deseado escribir sobre mis vivencias personales de infancia y juventud, ya que la Semana Santa de Santa Cruz de La Palma forma parte de la misma. Ahora lo hago con el convencimiento de que sirva para comunicar a las nuevas generaciones nuestra historia, que se ha ido forjando poco a poco, consistente en el presente con tendencia a fortalecerse en el futuro.
                              Rumor de tambores suena sobre las calles empedradas, mientras el cansino discurrir de Jesús hacia el Calvario, se hace real. Silencio en la plaza, silencio en el alma, silencio…sólo roto por la algarabía de terciopelo y oro de la túnica del Señor, escoltado por celestiales infantes que restan dramatismo a la escena.
Señor de la Columna
                              Hasta la década de los 50 del siglo pasado no hubo procesión el Lunes Santo, por no haber imágenes apropiadas para seguir el orden cronológico del relato evangélico, establecido por nuestros antecesores, siendo nuestra Semana Mayor la única en Canarias que continúa mostrando lo reseñado por tradición y categoría. Es considerada una de las mejores del archipiélago por su esencia de espiritualidad y de interés turístico heredado, que hace 6 años fue declarada de Interés Turístico de las Islas.
                              Entonces, por donación de la familia Duque Acosta de las imágenes del Señor de la Columna y de la Virgen de la Esperanza, obras del madrileño Andrés Falcón San José, cuya primera salida la hizo en 1957, se cumplimentó el orden procesional, pasando al lunes el Señor del Perdón y, por supuesto, las tallas aludidas anteriormente al martes, ubicadas en la iglesia conventual de Santo Domingo, exconvento de San Miguel de las Victorias.
                              A partir de ahora el palmero esperará anhelante la salida de la primera efigie de María que se asoma a nuestras calles, tras el Viernes de Dolores, para volcar en Ella su esperanza. Y es que no hay forma más hermosa para describir el dolor de la Madre que el de una figura de la Esclava del Señor por una calle cualquiera de nuestra ciudad a los acompasados sones de la banda de música… ¡cuántas veces hemos rezado con sólo mirarla!
Señor de la Burrita
                              Posteriormente, por voluntad de don Aurelio Feliciano Pérez desde 1968 sale de la ermita de La Luz, Domingo de Ramos, el Señor del Burrito de autor anónimo. En horario nocturno de esa misma jornada lo hace el Señor del Huerto de Juan Abascal Fuentes, siendo su puesta en escena en 1969, recientemente reformada  y tallada su rueca y base, también esculpido un gallo, por el imaginero local Domingo José Cabrera Benítez (Domingo Cabrera), acompañado por el Ángel (s. XIX) de Nicolás de Las Casas Lorenzo y los tres Apóstoles de Jesús de León (2007). Anteriormente este paso se sacaba a media tarde, al igual que la mayoría de ellos, después de la última eucaristía dominical, y desde 1637 con imaginería distinta a la actual, que fue sustituida en dos ocasiones.
                              Es una imagen de Cristo que representa la faceta de Jesús más humana, aquella en la cual se nos muestra un poco más cercano a nosotros, con nuestros mismos miedos e inquietudes, y con la soledad por el abandono de aquellos que diariamente caminan a nuestro lado, es Jesús en la Oración del Huerto, que entre verdiblancos cargadores nos presagia el triste final  que luego confirmará el Cristo del Clavo, bajo la quietud de la noche más triste de la Iglesia… ha comenzado la cuenta atrás y Dios ora por nosotros.
Señor de la Piedra Fría
                              El Jueves Santo a partir de las quince horas salía el Señor de la Caída (1752), Benito Hita del Castillo; Nuestra Señora de los Dolores (Virgen de la Capilla), (1866), Nicolás de las Casas Lorenzo…, saliendo en 1920 por primera vez. Para contar con la presencia de la Verónica en el encuentro de la Santa Faz se adaptaba otra figura de Santa Margarita de Cortona, pero hoy en día se cuenta con una de Falcón San José. Pasado los años se pasó a la noche del Miércoles Santo. Reseño como la Venerable Orden Tercera Franciscana (V.O.T.), que acompañaba los respectivos pasos con su habitual vestimenta de color gris (hopa) y escapulario con la seña de la Hermandad franciscana.
                              Por fin, llegamos al Viernes Santo, cuando tras el dintel de la Parroquia de San Francisco, exconvento de la Inmaculada Concepción, sale el Calvario con un Cristo (1968) de Ezequiel de León Domínguez en sustitución de otro de Manuel Díaz Hernández, que se encuentra en La Encarnación con la advocación del Señor del Amor, con la cabeza esculpida por Aurelio Carmona López, encontrándose la original en la ermita de San Sebastián.
Las Tres Marías
                              La Magna Procesión del Santo Entierro, que antes salía de la iglesia de Santo Domingo, estrena las piezas de imaginería del Cristo del Clavo (1984), Francisco Palma Burgos y Las Tres Marías (María de Cleofás, María de Salomé y María Magdalena), saliendo a partir del 20 de abril de 2011, Domingo Cabrera. Desfila desde el XVI, con imaginería diferente a la actual. Recuerdo la Magdalena del Señor Díaz con peluca, que fue retirada del culto, siendo, según referencias, la peor escultura realizada por él.
                                Continuando el contenido austero de la Cuaresma, los retablos e imágenes se cubrían con paños morados o negros, hasta la Resurrección, que se celebraba el domingo por la mañana, una vez despuntara el sol, exteriorizándose con el descubrir del Altar Mayor y el júbilo de campanillas en el coro bajo.
                              En los últimos días de la Pasión el tañer de las campanas se sustituía por el ronco sonido de las matracas, que era un instrumento rotativo (giratorio) de madera con tablas cruzadas semejante a aspas y mazos, que las golpearan.
Cofradías y Hermandades
             Las procesiones hacían el recorrido visitando los cuatro principales templos de la ciudad de forma alterna, cantando en el interior de los mismos los motetes del beneficiado Manuel Díaz, que son breves composiciones musicales polifónicas. Al finalizar, un orador predicaba con gran oratoria. Sigue en parte el recorrido apuntado al Nazareno, Dolorosa y San Juan evangelista del Miércoles Santo. Hablando del día aludido, miércoles, en horario del mediodía en la parroquia Matriz se oficiaba la ceremonia del Velo Blanco. Muy emotiva por el contenido litúrgico transmitido.
                              Entre otras cosas, sirva de epílogo, el Vía Crucis penitencial con el Señor de las Siete Palabras desde San Francisco hasta  El Salvador por Pérez de Brito y O´Daly. Fue algo llamativo por el silencio y calles en penumbra, con intervenciones en balcones y ventanas de elocuentes oradores.
Estandarte. San Pedro
                               La dualidad de las cosas hace que aquello que por un lado nos parece perfecto tenga su aspecto más negativo y el mundo de la imaginería no podía ser menos. Para ello, tiene la mejor de las lecciones. Las insignias que han sido confeccionadas en las dos primeras décadas del XXI, tercer milenio, son una anda para el Señor del Perdón (Lágrimas de San Pedro) y otra para el Calvario, ejecutada por el ya nombrado imaginero local, así como un estandarte para la cofradía de La Piedad y la pintura central de otro para la salida del paso del lunes, diseñado por el mismo artista. El arte e imaginación se conjugan en la elaboración de un Guión y muchos otros trabajos para distintas cofradías pasionistas, por mediación de la labor esmerada en su finalización por la bordadora María Araceli Benítez Ramos. Por último, la bella Cruz de Guía para la cofradía antedicha, diseño, talla y policromías de Cabrera Benítez y carpintería y dorado de Tomás Ramón Rodríguez Hernández.

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