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domingo, 30 de agosto de 2020

FRENTE AL MAR

José Feliciano Reyes
- Castillo altivo: detener no quiera
mi rumbo hacia el Oriente tu voz fiera.
A ella, mi marcha sin parar, respondo:
qué altos misterios en mi viaje esconde,
y que a mi bordo una DONCELLA PURA
conduzco de simpática hermosura,
en cuyo corazón sacro y divino
de la raza de Adán nació el destino. […]
                              A través del cauce del barranco, desde la nao de María, sonaba la voz de José Feliciano Reyes (1932-2020) una y otras tantas veces lo hizo en muchas Bajadas de la Virgen, Nuestra Señora de Las Nieves, Patrona isleña, a Santa Cruz de La Palma hasta que se ha apagado para siempre. Sumergiéndose en lo infinito del firmamento sideral y en la profunda esperanza de ver más allá de lo humano, se puso en el forzoso camino con el equipaje llevando no sé cuántas ilusiones, proyectos, amarguras… inconclusas. El amigo Pepe, antiguo comodoro del Real Club Náutico de La Palma fue todo una institución, sin atreverme a pronunciar algo más, modestia aparte, agrandando su cometido como director del Museo Naval, a lo largo y ancho de bastantes años de buen quehacer y enriquecimiento, refrendado por los numerosos incondicionales, y los restos del navío “General Álava”, hundido en 1863.
Celebración de regata
                              Frente a la mar cercana, idílica, poética, etc. Pandora de muchos sueños, llena de anécdotas, vivencias guardadas en el inmenso bagaje de recuerdos, “el mar era Pepe y él era el mar”. Las tardes, translúcidas, con o sin luz melosa, bañando las aguas mágicas de la bahía, desde el balcón de su casa se asomaba a contemplar el espejo de su puro interior, sintiéndose transportado al océano de su vida, mar adentro, en la cubierta de su catamarán, agarrando fuertemente el timón que siempre estará bajo sus pies, tomando el rumbo en la dirección prevista.
                              Mar y viento, ha sido el motivo de esta dedicatoria en la que he pretendido aportar un caudal diluido en archivos y hemerotecas, en reminiscencias y reseñas. No sé cuándo se inicia el mundo de la vela con una proyección universal, ya que así se considera el azul transmisor de culturas y lazos.  Uno nunca sabe a dónde nos conducen los pasos que damos por casualidad y, por motivo, pues, me veo terminando este trabajo y sacando a flote unos recuerdos sumergidos que, sin embargo, ayuden a explicar los avatares que da la vida.        

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