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domingo, 22 de agosto de 2021

SANTA CRUZ DE LA PALMA: RINCONES CON NOMBRE (VI)

                              PLAZA DEL DORNAJO: Le debe su nombre al abrevadero, que aún se conserva en el extremo de la calle San Sebastián. Este antiguo Dornajo, o tanque, sirvió en tiempo pasado como depósito de agua para el ganado con el que se intercambiaban las mercancías entre el este y el oeste de la isla, además de considerarse una zona de descanso para los transportistas.

                              Comunica de norte a sur las zonas altas de los barrios de San Telmo y San Sebastián, siguiendo su curso en paralelo a la antigua muralla del huerto del convento de San Miguel de las Victorias o de Santo Domingo de Guzmán de la Orden de Predicadores o dominicos, hoy sustituida por la pared exterior del pabellón de deportes, semicubierto, o canchas del Instituto de Enseñanza Secundaria Alonso Pérez Díaz, desde donde se observan formidables vistas del puerto y bahía capitalina, abarcando parte del litoral de las Breñas y Villa de Mazo.

                              Es un remanso de paz y, al mismo tiempo, un trasiego del tráfico rodado que por ahí constantemente fluye como vía de entrada al sur y a la calle Cajita Blanca, después de acabar la pendiente pronunciada de San Sebastián, vía que fue camino real hacia La Banda. Su entorno muy bien conservado nos produce impacto al recrearnos visualmente por su desnivel de unos cuarenta metros, aproximadamente. Es toda una plataforma que nos invita a detenernos a meditar en lo que pudo ser en un antaño remoto y cercano al momento presente, inmerso en viejas casonas, de estilo canario con ventanas de celosías, como esa del balcón conocida últimamente por la “casa de don Elías Yanes”, mazuco o macense, padre del célebre Elías Yanes Álvarez (1920-2018), Prelado español, arzobispo emérito de Zaragoza. Magnífica mansión hablándonos de historias, leyendas y anécdotas a raudales.

                              Lo tradicional se conjuga asiduamente con lo popular y religioso, como sucedió en el antaño, cuando la Virgen del Rosario llegaba a este sitio y más arriba, al comienzo de la calle Tosquitas, se hacía un cuadro plástico de pleitesía a la sagrada imagen mariana rematada por fuegos de artificio. Los primeros decoros del entablado de dicho acto devocional, correspondió al madrileño Ubaldo Bordanova Moreno (c. 1866-1909), pintor y dibujante.

                              En el lateral de una esquina se halla una lápida, que dice: “El Dornajo era parada obligatoria para la aguada y descanso de caminantes y bestias de carga que tomaban el camino real de la Banda para dirigirse desde la ciudad hasta Breña Alta y el Valle de Aridane. A la calle da nombre una fuente dotada con frontón triangular, del que parten varios chorros, y con pila de cantería, a la vez lavadero y abrevadero - (llamado en Canarias “dornajo”).

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