La ermita de San Vicente Ferrer, situada en el pago de
Velhoco, forma un conjunto con el resto de la zona agrícola y de muy alto valor
etnográfico. Fue fundada por el sargento mayor Francisco Ignacio Fierro y
Monteverde (1669-1748), anexa a su hacienda de viñedos, tierras y casa de
campo. El templo responde a las características de la arquitectura religiosa
tradicional, con muros de mampostería de piedra, barro y abundantes maderas en
carpintería y techumbre, de estilo mudéjar de par y nudillo a tres aguas. Su
fachada, rematada por tres almenas pétreas labradas, sigue la línea de los
homólogos palmeros, es decir, el esquema de puerta con arco de medio punto,
balcón de madera para tocar las campanas desde el coro alto, construido en
1866, y pequeña espadaña en el vértice superior.
En 1977 fue convertida en parroquia con atendimiento de sus
servicios a los feligreses de la demarcación eclesial por parte del Rector del
Real Santuario de la Patrona, Nuestra Señora de Las Nieves.
La primitiva talla del titular está en la de San Telmo. La actual, que preside el frente principal de la nave, es una cuidadosa escultura de vestir, de finales del siglo XVII o principio del XVIII, atribuida al imaginero dominico fray Marcos Guillén. En ella, también, se venera a la Virgen del Pino, de estilo neoclásico y de escuela catalana, data del XIX, y completa el ajuar dos lienzos dieciochescos de San Francisco de Asís y Santo Domingo de Guzmán.
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