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domingo, 31 de julio de 2022

SANTA CRUZ DE LA PALMA: RINCONES CON NOMBRE (XLI)

         CALLE BLAS SIMÓN: La que en el siglo XVI fue calle que va para Santo Domingo, en la primera mitad de la siguiente centuria se la conoció como cuesta que dicen del Maestre de Campo Blas Simón de Silva sobre el barranco que dicen de Doña Águeda, en 1638. Desde entonces se la denominó mayoritariamente como cuesta de Blas Simón debido a que el susodicho Maestre de Campo fabricó en ella su casa habitación, término que se acentuó con la particularidad de que su hijo el Licenciado del mismo nombre y apellido, personaje relevante en la historia de la ciudad, también vivió allí. Con el nombre de ambos se transmitió a través de los años y así lo recogió la Alcaldía de Santa Cruz de La Palma cuando confeccionó su primer callejero oficial en 1865, nombre que ha perdurado hasta el presente.

                              Esta vía urbana, que bordeaba el barranco denominado de doña Águeda o de Santo Domingo, pero que se perpetuó con el nombre de barranquito o barranquillo de Zamora, ha aparecido en diversa documentación como cuesta y calle que va al convento de Santo Domingo y a la ermita de San Telmo, calle y calzada que sube al convento del glorioso patriarca Santo Domingo y a la ermita de San Telmo, en 1638, o cuesta que llaman de Blas Simón que sube a las calles de Santo Domingo y San Telmo, en 1858.

    A partir del XIX se la conoció popularmente por cuesta de Don Matías o cuesta Matías, por Matías de Sáseta, médico titular de la ciudad, establecido en la isla y persona de reconocido prestigio entre sus conciudadanos. El doctor de Sáseta vivió precisamente en la misma casa que perteneció a Blas Simón de Silva, al final de la cuesta, la que se conoció en el XX como la molina por albergar una fábrica de pastas alimenticias, fideos. En la actualidad se encuentra en ruinas por haber sido destruida por un incendio, el 19 de enero de 1975.

                              La arteria se prolonga hasta la avenida Marítima y todos los inmuebles, a ambos lados de la misma, en su primer tramo, siguiendo el orden ascendente de su numeración, están suficientemente historiados y, por eso no lo hacemos. Por ella descienden el Domingo de Ramos, Martes Santo y Miércoles Santo la imaginería de los templos de La Luz y Santo Domingo. En un pasado lo hacían la de las demás iglesias principales de la ciudad, doblando la esquina de la homóloga de Sol, para retornar a su punto de origen, según tradición como estación de penitencia por Semana Santa.

        Por parte del Ayuntamiento, en sesión de 20 de mayo de 1831, le fue concedido a José García Carballo un sitio sobre el barranquillo de Zamora, alusión dada, probablemente, por Bartolomé de Zamora, poblador de la Palma y repartidor de tierras de esta isla por facultad dada por el Adelantado de Canarias, en reconocimiento a sus servicios, recibió de aquel dos cahíces de terreno, por data de 28 de enero de 1505, donde pudiera fabricar una casa con la que lejos de causar perjuicio resulta un mejor aspecto público y aumento de población de que carece la capital. Para delimitar su alineación, el 3 de junio siguiente se desplazó al lugar don Pedro Martín Pestana, primer diputado de la Corporación. Se trata de la Casa García Pérez, nº 7, que el concesionario, no obstante, no llevó a cabo, su proyecto, pero sí lo realizó su hijo el teniente coronel Francisco García Pérez, que levantó la casa pretendida al año siguiente, construida sobre arcos de mampostería cubriendo a manera de puente el cauce expresado.

     Se específica en escritura que constaba de tres pisos, el primero solo contenía una lonja, el segundo tenía sala, dormitorio, comedor, cocina y pasillos, y el tercero es un granero. En ella tuvo su domicilio una hija del propietario, María del Rosario García Massieu, esposa de Diego Ramírez Hernández, profesor de instrucción primaria y hombre de Letras, que destacó como poeta, fundó el periódico literario Viola Palmense, y dirigió El Fénix, El Ensayo Literario y Benahoare. Fue Ramírez Hernández de ideas liberales, uno de los que el 30 de enero de 1845 se vio involucrado en los desórdenes que se produjeron en Santa Cruz de La Palma, después de cenar, al darse unos vivas al General Espartero.


       La Casa Silva, nº 11, en la cuesta que sube a Santo Domingo y San Telmo, propiedad que el Maestre de Campo Blas Simón de Silva tenía en la ciudad, estaba compuesta en la primera mitad del XVII por dos inmuebles, uno frente al otro, a ambos lados del barranco que bajaba por dicho lugar. Su dueño, miembro de una familia de origen portugués establecida aquí en la centuria anterior y personaje distinguido en la vida pública, fue Regidor del antiguo Cabildo por renuncia y traspaso que a su favor hizo el capitán Francisco Díaz Pimienta (1594-1652), ante Simón de Chaide, escribano, el 18 de abril de 1610 y posterior expedición del preceptivo título dado por el Rey Felipe III, en Miranda de Duero, el 21 de agosto del mismo año.

                               El licenciado Blas Simón de Silva (1596-1680), abogado de los reales Consejos y Consultor del Santo Oficio de la Inquisición, fue de los sujetos más sobresalientes en la vida pública de la ciudad. Sucedió a su padre en la titularidad de la regiduría en el antiguo ayuntamiento, ocupó la plaza de Castellano del principal Real castillo de Santa Catalina y desempeñó en cinco ocasiones el cargo de teniente General de La Palma, en 1624, 1625, 1637, 1656 y 1671, nombrado respectivamente, por los Corregidores.

                              El dicho Blas Simón de Silva era un caballero tenido y reputado por uno de los hombres ricos de esta isla, conociéndosele muy bien la largueza y porte que tenía así en su persona como en su casa y familia, con lucimiento y abundancia.

    El citado Matías Modesto de Sáseta e Ibarrazábal (1766-1826), médico vizcaíno, que fue Ayudante Mayor de Cirugía de los Reales Ejércitos y del Regimiento de Ultonia, establecido en La Palma donde desempeñó la titularidad de la isla en 1801, con su mujer Leonarda Martínez y Arnáiz y sus hijos. Fue el doctor Sáseta persona respetada y distinguida por los vecinos de la ciudad, donde falleció a los sesenta años, por la cual a la vía urbana donde vivió se la conoció popularmente como cuesta de Matías y así se la denominaba en 1888.

                              Deseando dar muestra de agradecimiento, teniendo presente el cariño y servicios prestados, en correspondencia de ello y verdadero afecto que le profesaban y queriendo en parte darle como motivo de lo expuesto, varias familias ceden, renuncian y traspasan a favor del citado Matías, toda la parte que le corresponde como uno de los herederos del difunto Domingo de Monteverde en la casa que actualmente vive la susodicha persona, que fue de Blas Simón de Silva.

                              En la documentación consultada se dice que la finca era de dos pisos y se componía de una sala alta y otra baja, una antesala, tres piezas de habitación, cocina, comedor, una lonja baja, patio y jardín. Para finalizar, indicar que con anterioridad había sido cuartel de la Guardia Civil. 

          -Jaime Pérez García (1930-2009). Excronista de Santa Cruz de La Palma.

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