fecha

 

domingo, 16 de julio de 2023

LEYENDA DE LA MITOLOGÍA DEL ROQUE IDAFE

       Siempre me ha apasionado esa estructura fonolítica de la Caldera de Taburiente en el municipio sureño de El Paso, fue declarada Monumento Natural de Espacios Naturales de Canarias. Testimonio de un pasado histórico para hacer realidad nuestra raíz de canario. Los auaritas, aborígenes de la isla de La Palma, veneraban a dicho roque, considerándolo sustentador del cielo, creyendo que si se derrumbaba traería consigo grandes desgracias, malos augurios, transformadas en causas catastróficas de un calibre incalculable para la agricultura, ganado y a todos los habitantes isleños, que condicionaban lo social, cultural y religioso del poblador palmero. Por ello realizaban ofrendas con animales, mientras surgía de sus labios y cuerpos cantos y danzas ceremoniales.

                              El transcurrir de los años, ha sido un camino intenso para ser hombres y mujeres distintos y considerar nuestro origen más adaptado a lo moderno y funcional por el orgullo del pueblo canario.

                               Para los benahoaritas se situaba en este monolito natural, como el pilar del mundo, el temor de que se les cayera encima. Un espacio donde el cielo se une con la tierra, a la manera de un pilar que soporta las dos realidades físicas, y por extensión los dos mundos, el superior y el inferior, los lugares donde se ubicaban los espíritus benefactores y los seres malignos.

       La información sobre esta concepción cosmogónica de los benahoaritas, dicen los investigadores, Felipe Jorge Pais Pais (1962) y Tejera, lo siguiente, solo se halla recogida en la obra de J. Abreu Galindo, quien la relata así: “[…] y de esta Caldera y término era un palmero que se llamaba Tanausú, el cual la defendió valerosamente de los cristianos, al tiempo de la conquista […]. Pero el capitán o señor de Aceró, que es La Caldera, no tenía estos montones de piedras, a causa que entre el nacimiento de las dos aguas que nacen en este término está un roque o peñasco, muy delgado, y de altura de más de seis brazas, donde veneraban a Idafe, por cuya contemplación al presente se llama el roque de Idafe, teniendo tanto temor, no cayera y los matase, que, no obstante que, aunque cayera, no les podía dañar, por estar las moradas de ellos muy apartadas, por solo el temor acordaron que de todos los animales que matasen para comer, diesen a Idafe la asadura. Así, muerto el animal y sacada la asadura, se iban con ella dos personas y llegados junto al roque, decían cantando, el que llevaba la asadura, ‘y iguida y iguan Idafe (dice que caerá Idafe), y respondía el otro ‘que guerte yguan taro’ (dale lo que traes, y no caerá). Dicho esto, la arrojaba y se iban, quedando como pasto para los cuervos y quebrantahuesos”.

                              En lo que respecta al análisis lingüístico de la frase, precisan Pais y Gaspar: “hemos de tener en cuenta que se trata de un monolito natural considerado como sede de los espíritus. Si seguimos a Abreu Galindo, único garante, el mismo en sí no se llamaba Idafe, sino que este era el nombre del espíritu que allí había establecido su morada, llamándose el roque Idafe”. Por su parte, Abercomby, añaden, “en su estudio sobre la lengua antigua de Canarias alude a la existencia de un dios Idafe, que residía en una roca a modo de pilar muy alto de más de seiscientos pies, que los aborígenes temían continuamente que se les cayera encima”.

    Posee un alto interés geomorfológico al tratarse de un elemento que destaca por su singularidad dentro del paisaje en el que se inserta. Es, además, un ejemplar de alto valor cultural de la época prehispánica de La Palma, del que se hace referencia en textos antiguos sobre la existencia aborigen.

                              La Prehistoria de La Palma es rica en hechos primordiales. La arqueología y la astronomía han cruzado las miradas, unos al suelo y otros al cielo, para coincidir en una misma dirección, interrelacionando las observaciones hasta confirmar la notabilidad de los astros entre los antiguos habitantes de Benawara.

                              Los yacimientos prehistóricos religiosos de La Palma se dirigen hacia el cosmos sagrado. No es un hecho insólito la existencia de elementos sagrados. El original sistema desarrollado fue capaz de integrar las hierofanías, conjunto de formas existentes en el mundo a través de las cuales se manifiesta lo sagrado, elementales. Se trata de un procedimiento construido en base a una experiencia lógica simbólica y todas esas referencias en la isla bonita de los awaras nos conducen al cielo, dispuesto para revelar lo sagrado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario