La villa y ciudad de San Andrés y Sauces es un municipio al
noreste de La Palma con una extensión de 42,75 kilómetros cuadrados, que
corresponden al 6,04% de la isla. 250 metros de altitud Los Sauces, 400 metros
El Roque y 50 metros San Andrés. Toda una variedad de datos y valores
geográficos, que lo hace más atractivo y único como pueblo canario. Verde y
sensacional en su cometido dentro de una comarca atenta a los cambios y
modernidad con un acento pujante. Limita al norte con el término de Barlovento
por el cauce del barranco de La Herradura, al noreste con el mar a través de
una costa alta y rocosa, al sur con el municipio de Puntallana por el cauce del
barranco de La Galga y por el suroeste alcanza las cresterías del borde
exterior de La Caldera de Taburiente, lindando con el municipio de El Paso.
Este término se ubica sobre las coladas y piroclastos
basálticos más antiguos de la isla. Predominan las formas erosivas, aunque
pueden observarse, también, numerosos restos de conos volcánicos que matizan la
fisonomía del paisaje, al tiempo que crean rellanos y pequeñas hoyas que
mejoran las condiciones de la pendiente y del suelo, favoreciendo el
asentamiento de los cultivos y la población. Destaca su elevada pendiente
media, causada por los grandes desniveles, que se deben salvar en una distancia
en el plano de unos 10 kilómetros, entre el nivel del mar y la cumbre de los
Andenes, que supera los 2.000 metros de altitud en todos sus puntos. El Pico de
La Cruz, situado en el límite entre Barlovento y El Paso, con 2.351 metros
sobre el nivel del mar, es la altura máxima del territorio. Destacan Morro
Negro (2.312 metros), La Fortaleza (2.307 metros) y Piedra Llana (2.321 metros)
en el límite de Puntallana.
Debido a la erosión en lugares como la caldera de Tajadre o
de Marcos y Cordero el ‘complejo basal’ de La Palma, lo que favorece la
aparición de los manantiales. En la parte alta, el roquedo está al descubierto,
a causa de la menor humedad ambiental y de la mayor insolación de este ámbito.
Los nacientes de Marcos y Cordero, así como las distintas
fuentes y galerías, han permitido históricamente la presencia de una notable
riqueza agrícola. El plátano es en la actualidad la principal fuerza económica
de San Andrés y Sauces, donde, también, sobresale el cultivo del ‘ñame’. Los
Tilos, integrado en el parque natural de Las Nieves, es uno de los bosques de
laurisilva mejor conservados de Canarias, y el primer lugar de La Palma en ser
declarado ‘Reserva de la Biosfera’. Puerto Espíndola y el Charco Azul son otros
dos lugares de interés de la costa.
Los benahoaritas poseían una economía fundamentalmente
ganadera de trashumancia, basada en la cría de cabras, ovejas y cerdos, cuyos
rebaños permanecían en las zonas bajas y medias durante el invierno y ascendían
a las cumbres de la isla en verano. En las cuevas se hallaron restos de habas,
trigo, cebada y lentejas, lo que evidencia que los antiguos palmeros
practicaban la agricultura desde los momentos más lejanos de su llegada a la
isla hasta el IX, desapareciendo su práctica por abandono o pérdida de la
semilla.
La disponibilidad de la tierra y de las abundantes aguas que
formaban parte del Río de Los Sauces atrajo desde el comienzo de la
colonización europea a una gran cantidad de nuevos pobladores, entre los que
sobresalían los de origen portugués. Al finalizar la conquista se procedió a
repartir la isla entre sus participantes y colaboradores. En un primer momento,
las tierras y aguas fueron del conquistador y gobernador Alonso Fernández de
Lugo (1455-1525), pero pronto comenzará a otorgar porciones a familiares y a
ciertos individuos relacionados con él por lazos de amistad, compromisos
económicos, etc., entre quienes figuraban los catalanes Pedro de Benavente,
Marcos Roberto de Montserrat y Gabriel de Socarrás. La iglesia de San Andrés ya
aparece declarada como parroquia en 1515.
Con el encauzamiento de las aguas para el aprovechamiento
agrícola, se convertiría en una de las zonas de mayor poblamiento por aquel
entonces, junto a Santa Cruz de La Palma y Los Llanos de Aridane. La caña de
azúcar y mieles exportadas desde los puertos que había en el lugar hacia
Europa, permitieron el rápido florecimiento económico.
Con la crisis del sector azucarero, finales del XVI, tiene
lugar una reducción de la superficie dedicada a la caña de azúcar, terminando
por ser sustituida por viñedos, cereales, frutales y otros cultivos.
Poco a poco, San Andrés irá perdiendo importancia, creciendo
y desarrollándose paulatinamente Los Sauces, que con el paso del tiempo se
convertirá en el casco urbano y principal núcleo del municipio.
Hoy, en día, San Andrés y Los Sauces, forman una sola
población. El distrito es famoso por sus aguas, su fertilidad y su aire puro y
estimulante de esplendor a las afueras del pueblo que contrasta con el austero
casco.
TOPONIMIA:
La denominación de San Andrés y Sauces aparece a principios del XVI, para referenciar a la parroquia conjunta creada para estas dos poblaciones. San Andrés debe su nombre a su patrón, el apóstol, mientras que el topónimo Los Sauces parece responder a la entonces abundancia del ‘sauce canario’ a lo largo de los arroyos. Por metonimia, y debido a la mayor importancia demográfica y administrativa actual del núcleo urbano, la población suele denominar a todo el municipio como ‘Los Sauces’. El gentilicio es saucero/a.
El topónimo ‘Adeyahamen’, nombre de la demarcación aborigen
que ocupaba el actual municipio, no sobrevivió en la tradición oral de la isla,
siendo rescatado modernamente para dar nombre a una calle, una balsa de agua y
un club deportivo. Según Juan de Abreu Galindo quiere decir ‘debajo del agua’,
y le fue dado por los benahoaritas por encontrarse en esta tierra importantes
nacientes de agua. El filólogo e historiador Ignacio Reyes lo deriva de una
posible forma original, con el significado literal de ‘debajo del agua’,
mientras que Maximiano Trapero, dudando sobre si la traducción de Abreu es por
verdadera equivalencia lingüística o por simple coincidencia de la realidad,
también, relaciona este término con la voz bereber ‘amen para agua’.
RESUMEN HISTÓRICO:
Recién finalizada la conquista de la isla, se procede a los
repartimientos de tierras y aguas. Las del Llano de Los Sauces se partieron en
dos mitades, una reservó para sí el Adelantado y la otra para el comendador
Pedro Benavente.
Pronto se instalan aquí ingenios azucareros que dan
actividad y desarrollo a la zona. San Andrés cobra gran importancia y desde
aquellos tiempos tiene la categoría de villa, título desaparecido y que le fue
renovado por la Junta Soberana en 1868. De su importancia es fiel reflejo el
hecho de que existieran dos escribanos cuando sólo los había en la capital
insular.
Como el resto de pueblos de la isla, tenía su alcalde
pedáneo y alguacil, con residencia en San Andrés hasta que, por su importante
población, Los Sauces logra tener el suyo propio. Existieron igualmente dos
pósitos, hasta su posterior fusión en uno solo.
La parroquia de San Andrés fue declarada como tal en 1515 en
las Sinodales del obispo Fernando Vázquez de Arce, desconociéndose la fecha de
su edificación inicial. Por su parte, la de Los Sauces, dedicada a Nuestra
Señora de Montserrat, fue declarada parroquia anexa a la de San Andrés en las
mismas sinodales. Los franciscanos tuvieron, también, convento en San Andrés.
El municipio adquirió tal categoría en virtud de la Constitución de 1812.
EL NUEVO PUENTE DE LOS TILOS:
Todas las opiniones coinciden al catalogar el nuevo puente
de Los Tilos como la obra de ingeniería de mayor envergadura que se han
realizado hasta la fecha en La Palma y en Canarias, pues, entre otros aspectos,
ostenta el honroso título de ser el más largo sin apoyos intermedios de España
y de Europa. Representa, además, el punto culminante y el elemento más
destacado de las obras de acondicionamiento de la carretera general del Norte,
en la segunda fase, del tramo comprendido entre Tenagua (Puntallana) y Los
Sauces, abre un nuevo capítulo en el potencial desarrollo de esta comarca. La
puesta en servicio y los actos institucionales de la inauguración celebrados el
sábado, 18 de diciembre de 2004, marca un hito en la historia insular y del
archipiélago.
Es un puente de un solo arco, mide 350 metros de largo y se
eleva a más de 150 metros sobre el fondo del barranco del Agua. Se abrió al
tráfico en la fecha antes indicada y acorta la antigua carretera entre Las
Lomadas y el centro neurálgico urbano en dos kilómetros y en unos cinco
minutos.
PATRIMONIO:
El municipio destaca por su masa boscosa de laurisilva, sus
profundos barrancos, sus bancales y cultivos de plátanos. Algunos lugares de
interés son el barranco y bosque de Los Tilos, Los nacientes de Marcos y
Cordero, El molino El Regente, El charco Azul, puerto Espíndola, iglesia de San
Andrés… así como los núcleos de población, donde encontramos buenas muestras de
arquitectura tradicional.
Iglesia de San Andrés: Bien de Interés Cultural
(BIC), con la categoría de Monumento, desde 1986, y es uno de los templos más
antiguos de Canarias. Su interior guarda una techumbre mudéjar, el retablo
mayor barroco, la imagen flamenca de Nuestra Señora del Rosario y un pequeño
tapiz flamenco cosido o adosado a una casulla del ropero litúrgico, ambos del
XVII. Atesora un nacimiento o belén costumbrista, formado por unas cincuenta
figuras de diversos tamaños, ataviadas con distintas vestimentas.
Iglesia de Nuestra Señora de Montserrat: Erigida en
1513, como ermita dedicada a la patrona de Cataluña, atendiendo a las necesidades
espirituales de los dueños y trabajadores del ingenio de azúcar, fundado por
Marcos Roberto de Montserrat. El templo original fue reemplazado por la iglesia
actual, inaugurada el sábado, 27 de abril de 1968. Posee una tabla flamenca que
representa a la Virgen de la Montaña. Justo en frente de la iglesia se sitúa la
plaza de Nuestra Señora de Montserrat, ‘junta la conocida como Alameda, Parque Antonio
Herrera’, que conforman un conjunto, donde se celebran todo tipo de eventos
culturales.
Iglesia de San Pedro Apóstol: Situada en Las Lomadas,
su antigüedad se remonta, al menos, hasta 1525, reconstruida en 1718, siguiendo
sucesivas reformas, que llegan a nuestros días. Se trata de una construcción
muy sencilla, compuesta de una única nave con cubierta de teja árabe y
armaduras mudéjares.
Ermitas de San Sebastián y del Pilar: Situadas ambas
en San Andrés, la primera es de estilo gótico del XVI y, la segunda, barroca,
que fue edificada en 1755.
Ermita de San Juan Bautista: Pertenece al XVI y se
encuentra en la plaza de San Juan de Los Galguitos. Su estructura consta de una
sola nave rectangular renacentista. Destaca su retablo central moderno.
Ermita de Santa Rita: Construida en 1996 en la plaza
de Bajamar. La imagen de la santa, vestida con el hábito negro propio de la
orden de San Agustín, preside la capilla, llevando en sus manos un crucifijo y
mostrando en su frente un estigma en alusión a la Pasión de Cristo.
Cueva de El Tendal: Parque arqueológico (BIC). Se
trata de uno de los yacimientos más importantes de la isla de La Palma,
ubicándose en el tramo final del barranco de San Juan, en Los Galguitos. El
conjunto está formado por, al menos, 9 cuevas naturales de habitación y 2
necrópolis. Estas cuevas fueron habitadas por los antiguos pobladores isleños.
Cuenta con centro de visitantes.
Molino El Regente: Molino de agua instalado sobre un
lomo en lo alto de Los Sauces, en 1873, constando de una casa, torre y
acueducto. Reformado como museo etnográfico. Cuenta con una sala de turbinas,
la sala del molino, propiamente dicha, la cocina con horno de leña y una sala,
que cuenta con una réplica de un telar canario.
Horno de la cal: Situado en la desembocadura del
barranco del Agua, en San Andrés, data de principios del XX. La piedra de cal
cruda debía ser cocida para su utilización, tanto para formar morteros, como
para enjalbegar los paramentos, dando lugar a la aparición de hornos en los
lugares donde se desembarcaban.
Charco Azul: Piscinas naturales que constituyen un
enclave de ocio y esparcimiento dentro del municipio y de la propia isla de La
Palma. Se trata de un complejo de aguas marinas, piscina infantil, piscina de
El Charco en la que se incluye una cascada y otra conocida como El Charco de
las Damas. Desde las piscinas parte un paseo, a través del litoral, que llega a
San Andrés. En 2012, fueron declaradas como una de las 10 mejores de España.
Puerto Espíndola: Núcleo pesquero. Antaño puerto
comercial de notable importancia e intensa actividad. Antiguamente, el mar era
la manera más habitual utilizada por los viajeros y las mercancías para acceder
a la comarca noreste y se aprovechaban zonas abrigadas de la costa o
salientes…, pudiéndose contar con pescantes, mediante los cuales el barco se
unía con tierra. San Andrés y Sauces contó con varios embarcaderos, como el
puerto de La Cuevita, en San Andrés. Entrado el XX, poco a poco, la actividad
portuaria se irá concentrando en el conocido puerto de Espíndola, ubicado en la
desembocadura del barranco de Pavones, destinado principalmente para fletar el
azúcar de las plantaciones. Reconvertido a principios del XXI en puerto
pesquero y deportivo de mayor entidad. Cuenta con una playa de arena negra.
Viaducto de Los Tilos: Espectacular obra de
ingeniería. Muestra de imaginación y desafío a las leyes físicas universales.
Atractivo hito de grandes dimensiones para marcar la altura, distancia o
dirección.
Bosque de Los Tilos: El canal y los tilos fue la
primera Reserva Mundial de la Biosfera de Canarias, en junio de 1983, para
salvaguardar el ecosistema de la laurisilva macaronésica. En él se halla el
centro de interpretación de la Reserva de la Biosfera y una zona recreativa. Se
accede por una breve pista asfaltada, que remonta el curso del barranco del
Agua. La cascada de Los Tilos, desaparecida a finales de los 50 de la pasada
centuria, debido a la entrada en funcionamiento de la Central Hidroeléctrica
del Salto del Mulato, se rescató dentro del cauce del barranco del Agua, en el
2000.
Marcos y Cordero: Se trata de una infraestructura de
canalización de agua compuesta por 13 túneles excavados en la roca, que es
posible cruzar mediante el sendero PR-LP6. A la salida del túnel número 12,
observamos el naciente de Marcos, del que brota un espectacular caudal de agua,
directamente desde la roca. El naciente de Cordero, lo encontramos tras una breve
cuesta a la que sigue el número 13 de los túneles, está formado por tres
cascadas. La ruta del canal de Marcos y Cordero o conocido, también, como Las
Aguas, se considera como una de las más impactantes por su flora y singular
belleza, dentro de las rutas de senderismo de la isla de La Palma.
Monumento al Infinito: Única obra de César Manrique Cabrera
(1919-1992), en La Palma. Se ubica en la zona alta del municipio, junto a la
carretera LP-4, en una cota próxima a los 2.000 metros de altura. Esta obra, de
unos once metros de alto, se realizó con motivo de la inauguración del
Observatorio Astrofísico del Roque de Los Muchachos, en 1985, en suelo
municipal en cuestión. Este punto constituye un sitio de observación de las estrellas,
siendo uno de los más importantes miradores astronómicos de La Palma. Se
encuentra por encima del habitual ‘mar de nubes’, por lo que se asegura un alto
rendimiento.
VISITAS DE INTERÉS CULTURAL:
Existe el importante conjunto de cuevas de San Juan, que
permiten reconstruir buena parte de la vida aborigen palmera.
Por otro lado, el núcleo antiguo de la villa de San Andrés,
forma uno de los cascos históricos más notables de la isla, allí podemos
encontrar la iglesia parroquial que, si bien fue erigida inicialmente a raíz de
la conquista, su actual estructura data fundamentalmente del XVII, en su
interior se conservan importantes obras de arte.
La iglesia parroquial de Nuestra Señora de Montserrat fue
levantada inicialmente, también, una vez terminada la conquista, sin embargo,
ha tenido grandes modificaciones a través de los siglos.
Hay otras edificaciones religiosas, todas muy antiguas como
la ermita de San Sebastián, San Juan Bautista en los Galguitos, San Pedro en
Las Lomadas y los restos del convento de La Piedad.
CONVENTO FRANCISCANO DE NUESTRA SEÑORA DE LA PIEDAD:
La magnífica escultura alusiva a la Virgen de madera
policromada, de unos 90 centímetros de alto, aproximadamente, le daba la
titularidad al desaparecido convento y que hoy se halla en el retablo colateral
del Evangelio de la nueva iglesia parroquial de Nuestra Señora de Montserrat.
Antiguamente, recibía culto y veneración de los fieles en la
primitiva ermita de su advocación, erigida por los propietarios del ingenio
azucarero de Los Sauces, que estaba enclavado sobre la orilla del mar, junto al
muelle del Guindaste, ‘puerto donde cargan los azúcares para Flandes o España’,
paraje situado en el camino real, que iba de la villa de San Andrés al puerto
Espíndola. Aún, se ha conservado en la memoria de los vecinos con el nombre de
la ermita, en recuerdo de aquel extinguido templo.
La ubicación del convento respondió a que estaba en medio de
los pueblos donde hay más concurso de gente.
Allí, se fundaba el domingo, 20 de noviembre de 1611, el
convento franciscano de Nuestra Señora de La Piedad y, con posterioridad,
también, bajo la advocación de ‘La Caridad’. Más tarde, tres años después, de
la fundación del 14 cenobio de la provincia de San Diego de Canarias, los
religiosos de dicha comunidad pedirían un lugar más adecuado para su
establecimiento.
Así, en 1614, les fueron donados unos terrenos más al sur,
en la villa de San Andrés, por Pablo de Monteverde Van Dalle y su esposa María
Salgado de Guisla y por el capitán Diego de Guisla Van de Valle y Margarita
Bellid. Una vez construida la nueva casa y su correspondiente templo,
trasladaron la bella efigie de La Piedad, procediéndose inmediatamente a la
demolición del antiguo recinto.
El nuevo emplazamiento fue situado frente a la villa, al
otro lado del barranco del Agua, y bajo la protección de los poderosos dueños
de la hacienda, desde entonces, patronos fundadores del convento y sus frailes.
A la imagen virginal, la adornaron con peana, corona y cruz de plata, cuyos
remates fueron costeados con el legado de fray Sebastián de Monterrey, en 1752.
Durante el XVII y XVIII, el número de moradores
eclesiásticos alcanzó la cifra de ocho, para pasar a casi catorce. A finales
del XVII, comienza a declinar paulatinamente y, en 1827, fue suprimido.
Haciéndolo definitivamente, en 1835, en virtud de la ley de desamortización promulgada
por Mendizábal, quedando la iglesia, capilla conventual, como ermita.
‘Después de la supresión del mismo, la sagrada talla continuó
en el primitivo solar sacro hasta su ruina, pasando provisionalmente a la
homóloga de la villa, en 1854, y, por último, a la de Montserrat, donde se
colocó en el altar del Rosario, en 1855, y, más tarde, se le dio sitio en el
lado del Evangelio’.
Todas sus imágenes y otras piezas o enseres como la pila,
púlpito, campanas y ajuar de plata fueron repartidos entre los recintos de San
Andrés y de la Virgen de Montserrat como del resto de iglesias de La Palma.
LEYENDA DE MARÍA LIBERATA DE GUISLA:
¿Quién fue María Liberata de Guisla? La mujer protagonista
de una leyenda, que suscita controversia en el relato de un suceso acaecido en
la villa de San Andrés. María Liberata de Guisla Boot Salazar de Frías y Van de
Walle (1722-1806), residió en su vivienda villera, frente a la iglesia
principal. Popularmente era conocida por el sobrenombre de ‘Señora’, por ser de
familia aristocrática.
Casó, en 1776, con Domingo Vandewalle de Cervellón
(1720-1776), que al igual que sus cuñados fue regidor de la isla, alguacil
mayor del Santo Oficio de la Inquisición, fundador de la Sociedad Económica de
Amigos del País de Santa Cruz de La Palma y compañero de correrías del célebre
Cristóbal del Hoyo Solórzano y Sotomayor (1677-1762), vizconde de Buen Paso y
marqués de San Andrés.
A ella se refiere el hecho ocurrido en 1755, durante las
Fiestas Lustrales de Nuestra Señora de Las Nieves. Al visitar la sacra imagen
el templo titular del convento de la orden dominica de Santa Catalina de Siena
(MM. Catalinas), que se encontraba completamente lleno de fieles, no dudó, ni
un segundo de abrirse paso con modales pocos ortodoxos.
Una vez fallecidos sus ilustres hermanos, en 1785 y 1787,
respectivamente, y su esposo en 1776, se retiró a vivir sola y sin hijos, a su
otra residencia de San Andrés. Su casa habitación está frente al templo
parroquial y bautismal, cerca del complejo masculino de frailes franciscanos,
Nuestra Señora de La Piedad, en el lado opuesto del barranco del Agua y
embarcadero, junto a unos hornos de cal, desembocadura del mismo y término del
camino real.
El 13 de febrero de 1806, las campanas de la torre
campanario del solar religioso, grande y pequeña, doblaban a agonía, lamento y
muerte por el traslado del féretro de la conocida dama, fallecida a los 84 años
de edad, para celebrar las honras fúnebres.
La leyenda comenzó a la noche siguiente con gran estupor del
sacristán, mientras asistía a tocar oración, le pareció escuchar voces de
auxilio y golpes, que salían del suelo, producidos en el lugar sospechado, pero
se asustó y salió despavorido, ocultando lo ocurrido.
En 1814 se volvió a abrir la cripta del Rosario, propiedad
familiar, para depositar las mortajas del presbítero Ambrosio Arturo de Paz y,
sorpresivamente, se encontraron sus restos mortales apoyados sobre los peldaños
de la escalera de acceso a dicha sepultura, sujetando en una de sus manos un
objeto contundente, pudiendo ser un ladrillo de barro o piedra. Por supuesto,
el hecho se transmitió hasta nuestros días, de boca en boca y de generación en
generación, concluyendo que la enterraron viva.
Con motivos de las investigaciones arqueológicas acometidas,
en todo el contorno eclesiástico, en marzo de 1986, patrocinado por el Gobierno
Autonómico de Canarias, urgente excavación en las labores de restauración, se
confirmó que lo relatado pudo ser vedad a causa del padecimiento de catalepsia.
ECONOMÍA:
El municipio tiene su actividad básica en la agricultura,
caracterizada ésta por un gran minifundismo. Es ella la que da ocupación a la
mayor parte de la población activa.
Sus tierras se reparten para cultivos de secano y de
regadío. De los primeros son las papas y plantas forrajeras las que ocupan el
primer lugar, mientras que en los de regadío las mayores superficies se
consagran a plataneras, seguidas a gran distancia por las papas y hortalizas.
La pesca se localiza principalmente en torno al antiguo
puerto Espíndola.
El sector terciario es el que sigue en importancia,
localizándose sobre todo en Los Sauces, donde se desarrolla una gran actividad
comercial y de servicios.
Finalmente, en el sector secundario es la construcción la
que ocupa mayor población activa, seguida de alguna actividad industrial.
ASPECTOS GEOGRÁFICOS:
Situado en el noreste de la isla, sus límites, al norte, con
Barlovento y al sur, con Puntallana, quedan definidos por sendos barrancos de
La Herradura y La Galga, respectivamente.
Hacia el oeste se encuentra con El Paso, a través de la
crestería de La Caldera de Taburiente. Hacia el este se abre al mar, por una
costa rocosa y acantilada.
El sector superior, entre el Pico de la Cruz, 2.351 metros,
y Piedra Llana, 2.321 metros, supone el borde exterior del nombrado Parque
Nacional, con un relieve de escasa pendiente. A continuación, los distintos
barrancos que atraviesan el municipio, dan lugar a un espacio dividido en una
serie de lomos, o lomadas, de diferente amplitud, en una zona caracterizada por
el modelado erosivo. Precisamente la ausencia de erupciones recientes,
determina el predominio de estos procesos. El progresivo avance de la erosión
de estos barrancos, da lugar en ocasiones, a la formación, en sus cabeceras, de
calderas, como la de Tajadre o la de Marcos y Cordero. En estos enclaves,
rodeados de grandes escarpes, la profunda excavación ha hecho aparecer los
materiales del Complejo Basal, basamento sobre el que se constituiría la isla.
La impermeabilidad de estos materiales permite el afloramiento de las aguas
infiltradas a través de las capas superiores, dando lugar a la aparición de
nacientes de agua, caso de los dos manantiales más importantes del
archipiélago, Marcos y Cordero.
La orientación del municipio al noreste, y la disposición de
los barrancos, determina que la influencia del alisio se vea muy favorecida, lo
que queda de manifiesto en la abundancia de agua y vegetación. La altitud marca
las lógicas diferencias entre el litoral, zonas medias y cumbres.
Mientras que las zonas bajas y de medianías han conocido una
fuerte transformación, por la implantación de amplias superficies de plataneras
y de cultivos de subsistencia, extensas son las superficies de laurisilva y
fayal-brezal, que dan paso al pinar y, finalmente, a las retamas y codesos, en
la zona cumbrera.
VISITAS DE INTERÉS NATURAL:
El Parque Natural del Monte de Los Sauces y Puntallana,
engloba una amplia superficie del término, desde las cresterías de La Caldera,
descendiendo incluso hasta prácticamente los 300 metros de altitud. Enclave de
accidentada orografía, de especial interés geomorfológico, botánico y
faunístico. Dentro del mismo se encuentra la Reserva de la Biosfera de El Canal
y Los Tilos, declarada como tal por la UNESCO, y con una superficie de 511
hectáreas, supone un profundo y espectacular barranco, donde se desarrolla una
de las mejores manifestaciones del bosque de laurisilva de Canarias.
El Cuchillete de San Juan es un espacio natural, que continúa
hasta el mar, acogiendo un característico cuchillo interfluvial, propio de la
geomorfología erosiva, y una de las mejores representaciones de la vegetación
termófila, del piso de transición, con sabinas, acebuches… y restos de
laurisilva xerofítica.
A lo largo del municipio se ofrecen rincones de gran
belleza, con los numerosos ñames, que aprovechan la abundante agua.
Ya, en la costa, pueden señalarse el Charco Azul y la
pequeña playa cercana a Punta Espíndola.
CULTURA POPULAR:
Entre las festividades, señalar la patrona, Nuestra Señora
de Montserrat, 27 de abril y septiembre, que reúne numerosos actos de tipo
cultural y festivo, Jesús del Gran Poder, en julio, San Juan , en junio con las
tradicionales hogueras, los Carnavales con su Entierro de la Sardina…
Entre las producciones locales, caben citarse los ñames, que
se puede degustar de diferentes maneras.
Dentro de los productos elaborados, sin duda, un magnífico
ron y un dulce típico de la isla, las rapaduras.
Trabajos artesanos son la cestería y figuras de cera para
saldar promesas.
TABLA FLAMENCA DE LA VIRGEN DE LA MONTAÑA:
De entre el fabuloso legado flamenco llegado a La Palma
durante el XVI, podemos destacar una pintura de excepcional valor. Se trata de
un enorme cuadro de altar, que hasta finales del XVII presidió el oratorio
puesto bajo su advocación en el ingenio azucarero de Los Sauces. Durante unos
cien años, estuvo colocada en el altar mayor de ese templo hasta que en 1686
fuera sustituida por un retablo de madera de tres nichos y sagrario procedente
del desamortizado convento de Santa Clara de la capital palmera. En ese
entonces fue puesto en el altar de San Amaro hasta, posteriormente, pasó al
coro bajo de la antigua iglesia. En 1960, se demolió este templo y actualmente
está en el baptisterio de la actual parroquia de Montserrat.
Fue pintada en los Países Bajos, en el último cuarto del XVI
y que ha sido adscrita a la Escuela de Brujas, supuestamente atribuida a Pierre
Pourbus el Viejo (1523-1584). La representación de la sacra montaña catalana
donde se ubica el monasterio benedictino de Montserrat, ha sido representada en
miles de estampas distribuidas desde el XV entre la multitud de peregrinos,
ansiosos por llevarse un recuerdo del cenobio. Así, esta iconografía mariana
llegó hasta los confines de la Tierra. Se cree que la representación de ese
monte procede de una estampa grabada en Roma, en 1572, por Antonio Lafren.
Fue encargada a Flandes por los propietarios de la Hacienda
de los Señores o Heredamiento de los Catalanes.
‘Suponemos que la tabla llegó de Flandes por mediación de
Tomás Van de Walle de Cervellón, natural de Brujas y mayordomo de la iglesia de
Montserrat, desde 1590'.
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