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lunes, 8 de noviembre de 2010

REALIDAD Y ESPERANZA

     Noviembre huele a fragancia,
la tristeza y la añoranza,
es suspiro que se eleva
suplicando la esperanza.
     En el viejo cementerio
se llenan las sepulturas
de flores multicolores
y oraciones con fe pura.
     Huesos de seres sin vida
esperan resurrección,
rompen frágil oscuridad
y alcanzan su salvación.
     Cristo con brazos abiertos
los abraza en el madero
con amor y sumisión
y los lleva al Dios verdadero.
     ¿Qué es verdad o es la mentira
disfrazada de eternidad?
¡Sueños que se desvanecen
en busca de la beldad!
     La soledad lapidada
reclama nuestra presencia
para orar agradecido
lo más grande de una esencia.
     Aquí todos son iguales
los que viven con sus manos
y ricos con su dinero,
porque todos son humanos.

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