Frecuentemente hacemos mención a los recursos y sus causas, que los originan y emanan de ellos, siendo el hídrico uno de los más importantes para saciar el hambre y la sed. Su escasa existencia y el derroche de su caudal, incontrolable y marginado en numerosas zonas del planeta, nos sugiere una reflexión profunda de conducta personal, política, social y cultural.
El nivel actual de
crecimiento poblacional, el incremento urbano, el vertido químico y las
especies invasivas son los factores principales que contribuyen al deterioro de
la calidad, siendo considerables las consecuencias para el medio físico y a la
humanidad. El objetivo es concentrar la atención internacional sobre el impacto
denigrante de los parajes naturales, la industrialización y la incertidumbre
demandada por el cambio climático, los conflictos y los desastres catastróficos
de abastecimiento.
No se puede
desviar la mirada hacia otro lado como sí el problema no nos importara,
mientras hay 7000 millones de hombres y mujeres, bebés, adolescentes, jóvenes y
adultos que alimentar y se advierte un aumento de otros 2000 millones para el
2050. Mil millones de personas ya viven en condiciones de hambre y
deshidratación crónica, sufriendo presiones. Afrontar y garantizar la
adquisición de los alimentos nutritivos exige un conjunto de medidas a las que
podemos contribuir con lo siguiente:
-Consumir productos que hagan un uso menos intensivo de agua.
-Reducir el escandaloso desperdicio de alimentos, porque nunca se consume el 30% de los producidos en todo el mundo y, por supuesto, el agua utilizada en su elaboración se pierde definitivamente.
-Producir más alimentos de mejor calidad con menos
agua.
-Llevar una alimentación saludable.
-Consumir productos que hagan un uso menos intensivo de agua.
-Reducir el escandaloso desperdicio de alimentos, porque nunca se consume el 30% de los producidos en todo el mundo y, por supuesto, el agua utilizada en su elaboración se pierde definitivamente.
-Producir más alimentos de mejor calidad con menos
agua.
-Llevar una alimentación saludable.
Abundan tantas
maneras, tradiciones, de considerar, utilizar y conmemorar lo referente al
insustituible don natural. Se sitúa en medio de numerosas religiones y se
emplea en diversos rituales y ceremonias como fuente de culto. Durante siglos
ha sido inspiración para el arte, que la ha representado a través de la música,
pintura, literatura y cine. Constituye un factor esencial en diversos ámbitos
científicos.
Cada región posee
su particular costumbre de consagrarla y reconocen su mérito en la vida: “Es un
deber de todos cuidar nuestros recursos hidrológicos, así como crear la
conciencia de que el agua es uno de ellos, más preciado de la madre naturaleza,
por el papel que desempeña en la vida de todos los seres vivos”.
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