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domingo, 17 de marzo de 2013

UNA VISITA GUIADA POR EL BARRIO DE SAN SEBASTIÁN

Talla flamenca
                             El barrio capitalino de la Canela cuida su patrimonio y tradiciones y mantiene viva la llama de la devoción a San Sebastián, protector contra la peste, al que se encomendaban los viajeros antes de entrar a la ciudad, que desde tiempo inmemorial se conoce así, según los testimonios recopilados. Por una parte, se debe al carácter jovial de los vecinos y, por otra, al status social. Lo primero, haciendo alusión a un posible dicho: “eres saleroso como la flor de la canela”, por la alegría despertada en las tertulias de los distintos establecimientos gremiales y, lo segundo, por ser de clase media acomodada de cierto abolengo en el arte de la cultura artesanal.
                             Los recuerdos surcan los lindes de los pensamientos y traspasan lo más hondo de los sentimientos albergados en mí entre lo lejano y lo cercano, lo vivido y lo incierto, lo añorado y lo presente… Nos hallamos en el casco viejo y con él una parte de gran solera. Desde el siglo XVI, el santo Patrón bautizó a la ermita y al sector formado a su alrededor, y fue el camino real que comunicaba la Capital de la isla con las Breñas y la Banda (Los Llanos de Aridane).
Real Sociedad La Cosmológica
                             La arteria principal se llama “del medio” por estar entre la Cuesta de la Zarza, topónimo del arbusto trepador y espinoso existente en el extremo más pendiente, y la calle Huertas o la que va a Buenavista, o al tanque de dicha zona, o al Dornajo, o a la cruz de Calcina y, también, de la cuesta del Pósito, casa panera o Alhóndiga, fundada en 1560 por don Luis Van de Walle (el viejo) (1500-1587), destinada a almacenar granos y a prestarlos a los ciudadanos necesitados en condiciones ventajosas, en épocas de escasez y hombruna. Tal obra de beneficencia pasó, posteriormente, a propiedad municipal y establecerse en dicho solar, últimamente restaurado y remodelado, la Real Sociedad La Cosmológica (1881) con su biblioteca Cervantes (1909), primera institución de esta índole, de servicio público en el ámbito isleño, su misión es ilustrativa y adquirida por el Excmo. Cabildo Insular de La Palma en 1946 es una de las mejores hemerotecas de Canarias. La institución mencionada fue gabinete científico, museo de historia natural y de antigüedades aborígenes, y de etnografía. Depositaria de los hallazgos arqueológicos, estudio y salvaguarda del pasado insular. La inacabada lista de personas, que pertenecen a ella, engrandece su vinculación a la población, en honor a su labor incondicional, desarrollada a favor del progreso de la libertad y libre expresión. Se celebró en la efímera fecha del 3 de julio de 2010 la solemne designación de “Real”, con el descubrimiento del escudo conmemorativo y la izada de la nueva bandera, concedida por S.M. el Rey, don Juan Carlos I, el sábado 13 de febrero del año en curso a petición del Parlamento regional.
                             En la vivienda número 10 se supone que fue la sede del colegio de Segunda Enseñanza Santa Catalina, que tomó el nombre de la titular de la ermita en donde se proclamó su fundación y se redactaron sus estatutos. Inaugurado oficialmente el 16 de septiembre de 1867. Se celebró con un acto solemne, con procesión y jura de los cargos por los nuevos profesores. Quedó impresa en las páginas más brillantes en los anales insulares.
Plaza y ermita
                             El templo se construyó y reedificó por hallarse en ruina y para su mayor decoro. Está en un lateral de la antigua vía de unión entre el oriente y occidente de la isla, próximo a los conventos de la Orden dominicana, padres predicadores y monjas catalinas. En el actual retablo mayor (1778), de estípites, recibe culto la imagen del mártir, precedida de una devoción popular, cuya onomástica se señala por la Iglesia Católica el 20 de enero y es uno de los festejos ciudadano más antiguo. La talla es de estilo flamenco, madera policromada de 115 cm, importada de los Países Bajos meridionales en el primer tercio de la centuria del dieciséis, aunque su cabeza fue remodelada desafortunadamente por Aurelio Carmona López (1826-1901) en el último cuarto del XIX, según Alberto José Fernández García (1928-1984). Su singular iconografía está adornada con trece saetas de plata indiana (1642) traídas por el capitán don Marcos de Urtusaústegui que tenía su casa junto al recinto sagrado y acompañado en su anda procesional por cuatro ángeles portando los símbolos del martirio: la palma, las flechas, un casco romano y una corona de flores. De 1872-1876 datan el techo raso de la nave y las pinturas murales de la capilla principal, firmadas en 1899 por el madrileño Ubaldo Bordanova Moreno (1866-1909). En uno de sus nichos se halla la escultura de San Francisco de Asís, fechada a finales del XVII, de influencia montañesina y al otro lado una Inmaculada. Se atribuye al polifacético Antonio de Orbarán (¿?-1671) el relieve de la “imposición de la casulla a San Ildefonso (c. 1642), que desde finales de la referida centuria decimonónica se colocó en la parte superior.
Interior y retablos laterales
                             El altar-retablo de San Antonio Abad (San Antón) fue construido a expensa del presbítero Esteban de los Reyes Utre Loreto y Carmona, según declaró en su testamento (1806), que por su devoción al santo, desde 1765, cuando fue ordenado a órdenes menores, cuidó del culto y “cuya imagen coloqué en su propio altar en la ermita del señor San Sebastián, con su diadema de plata sobredorada, muleta y campanita de plata con seis niños alrededor de su nicho, el que también doré y puse vidriera de cristales, como también de mi propio caudal costeé su retablo, altar y velo de damasco encarnado…”. Donó, asimismo, dos pequeñas esculturas de niños para colocar al pie de la peana. El historiador palmero (Fernández García) mencionado anteriormente nos indica que esta imagen fue sustituida por la actual, mejicana del XVIII, adquirida en el puerto de Campeche. Y, en frente, de procedencia cubana San Roque (XIX). En el arco toral hay un San José y San Antonio de Padua, a ambos lados, en el centro cuelga una lámpara votiva de plata y en el espacio anterior (presbiterio), junto a la pared del evangelio, un óleo representando una Piedad. Se conserva Santa Catalina de Alejandría, espléndida obra salida de los talleres de Amberes, primer cuarto del XVI, en su original altar hecho entre 1705 y 1711, que recibía veneración en su recinto sagrado, cercano al Castillo Real (castillete), desaparecido en 1907.
                                         Completa la ornamentación del edificio la serie de pintura de Juan Manuel de Silva (1687-1751), que aluden a Santiago Peregrino, San Cristóbal y los arcángeles Gabriel y Rafael. Se trata de figuras aisladas, caminando, como si formaran parte de un cortejo ceremonial, sobre campiñas amenizadas por árboles, casas y fondos de celajes de tonos azules y blancos. Proceden de los cercanos cenobios religiosos. Su entorno pintoresco se completa con la pequeña y bella plaza y la casa con balcón cubierto de grandes ventanales.
Pinturas murales
                             En el primer tránsito de la vía principal nos encontramos la calle Francisco Abreu, que atraviesa el solar del huerto del monasterio de Santa Catalina de Siena. Fue abierta entre 1876 y 1878, siendo urbanizada hacia el oeste por la sociedad La Edificadora Palmense. Se conoció como "calle nueva" y desde el 10 de diciembre de 1904 se bautizó así en honor del médico y diputado Francisco Abreu García (1861-1912), alabado popularmente como "el amigo de  los pobres", y hacemos, a continuación, referencia al indicado artista, Bordanova, que falleció en la finca “La Caballita”, heredada de sus padres. Destacó por sus cualidades pictóricas en óleos sobre lienzo y decoración de techumbres de varias parroquias y autor del trabajo mural en el presbiterio de la iglesia del vecindario. Ganador del diseño para el pedestal de mampostería de la efigie del Señor Díaz. Sólo queda de esa heredad la casa habitación de los señores medianeros y un muro en la parte superior del entorno. Ascendiendo llegamos al tramo de San Miguel que, históricamente, limitaba hacia el naciente con el mencionado bancal de la ya dicha construcción monjil, llamándose por tal motivo el "callejón de las monjas". Su denominación se ha relacionado por la cercanía del antiguo convento de San Miguel de las Victorias y es, además, el arcángel patrón de la isla, a la que alude, y al número 29, donde algún tiempo vivió don Miguel Pérez Camacho (1882-1957). Conocido galeno de gran prestigio y fundador de la clínica con su nombre, hoy es un ambulatorio de la Seguridad Social y Casa de primeros auxilios. Desarrolló una ingente labor en el campo de la cirugía en Canarias, siendo distinguido con varios títulos honoríficos y condecoraciones. A su memoria se halla un busto de bronce en la Alameda de esta capital. En el 35, propiedad suya, residió Bernabé Fernández Noguera (1674-1755), maestro carpintero. A su ingenio se deben magníficas cubiertas y ensamblajes. Fue uno de los dos destacados en la primera mitad del XVIII.
                             Paralela a ésta discurre Fernández Ferraz. Sustraer del olvido a la referida descendencia podría ser algo fundamental para completar un capítulo de nuestra historia. Residieron en Costa Rica y Cuba, en donde acrecentó el árbol genealógico. Valeriano (1831-1925), Juan (1849-1904) y Juana (1834-1918) fallecieron en el referido solar continental y Víctor (1846-¿?), Ciriaca y Carolina lo hicieron en la isla caribeña de Cuba. Siempre añoraron su lugar natal. Fueron considerados intelectuales en los espacios literarios de países latinoamericanos, sobresaliendo las mujeres como prolíferas escritoras.
Calle principal
                             Merece un apartado diferente el inmueble, que se le asigna el 30, 32 y 34 por el proyecto propuesto a implantar como el Centro de interpretación La Palma-América. Se ubica frente al recóndito “Rincón de Pepita Sosa”, con su peculiar arquitectura doméstica, original y diferente a las otras. Por el callejón de Drago hace esquina con Huertas para mostrar un espacio de servidumbre común a las dos plantas de que consta. En ella se pretende convertir el conjunto en exposición permanente o temporal  a extender el conocimiento del tabaco, pintura, música y la divulgación del problemático tema de la emigración a Cuba y Venezuela. La pronta ejecución es urgente para recuperar este enclave tan singular y de muchos aspectos lúdicos, entre ellos la celebración de Los Indianos.
Dornajo
                             Llegamos al Dornajo, llamado así en Canarias este tipo de construcción, con su típica estampa en medio de un pórtico sobre un balcón natural de inigualable belleza. Parada obligatoria para la aguada y descanso de caminantes, arrieros y bestias de carga. Tiene una fuente con frontón triangular rematada con una pequeña cruz y con varios chorros, con pila de cantería, a la vez lavadero y abrevadero. En un costado la casona que, durante muchos años, en su juventud convivió un notable hijo de la Villa de Mazo, don Elías Yanes Álvarez (1928). Estudió la carrera eclesiástica y que fue un gran orador. Sus dotes intelectuales le hicieron acreedor de alcanzar altas cuotas en sus estudios y en las diferentes esferas de la Iglesia Católica hasta alcanzar varios cargos de gran responsabilidad. Nombrado Monseñor por sus ocupaciones catedralicias fue canónigo por oposición del Cabildo Catedral de La Laguna, Diócesis Nivariense. Asimismo, designado obispo auxiliar de Oviedo (1970), se verificó la consagración en la parroquia matriz de El Salvador. Y, más tarde, se le nombró Vicario General de la Archidiócesis asturiana. Desempeñando el puesto de secretario y presidente de la Conferencia Episcopal Española, Comisiones de Enseñanza y de Medios de Comunicación Social y de la Unión Europea y, también, arzobispo de Zaragoza (1977), en la actualidad reside en la misma población, a orilla del Ebro, con el beneplácito de emérito. Es autor de obras de diversos campos de la temática religiosa. Más arriba, en el 68, nació Felipe Santiago Fernández Castillo (1947-1990), conocido por “Santi”. Fue autodidacta en su formación musical, dotado de unas condiciones relevantes para el timple y otros instrumentos de cuerdas. En el folclore canario se consagró como una gran figura del canto tradicional y coleccionista de diversas selecciones, que fueron adquiridas a su viuda, fallecida recientemente, por el Cabildo Insular de La Palma. Con el recuerdo a María Nieves Samblás Hernández (1925), residente en Tenerife, que cultiva la poesía, publicando distintos poemarios, acabamos de hacer un recorrido por la vida de los hijos ilustres del sector.
                             Por fin, damos el broche final recorriendo Las Tosquitas y Cajita Blanca, refiriéndose a la forma de distribuir el agua de abasto municipal hacia la zona sur de Santa Cruz de La Palma y que, aún, existe. Su color se debe a la cal usada para su revestimiento. Pintoresco y con cierto encanto encauza al visitante a recrear su vista por singulares rincones típicos, disparando sus cámaras fotográficas para llevar digitalizada una imagen real e irrepetible. Magnífica panorámica sobre una extensión escalonada en forma de anfiteatro y desde donde se expansionan los deseos a una parte muy amada para siempre estar grabada en el corazón de todos.

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