AMIGO Y GRAN MÚSICO

                             Poco importa la honra antigua, si la amistad perdura en la memoria, en el reconocimiento de unos años vividos y de un glossarium biographicum. Entonces, logramos establecer un cúmulo de hechos y anécdotas personales importantes, que nos conducen junto a figuras de presencia obligada, a renacer del tiempo transcurrido recordando las dotes intelectuales, desde los comienzos mismos del esfuerzo de sus muchos merecimientos.

                             Quiero ver en Juan García Martín (1946-2013) un espíritu de reencuentro, una inquietud coherente con la Palma, un diseño de formas nuevas de convivencia entre la calidad y la diversidad de los coetáneos. En él intuyo la reanudación de la extraordinaria tradición isleña, envuelta en la añoranza de encender esperanzas. La embriaguez de su inmanencia inmemorial, de su permanencia, inserta en la historia de su pensamiento, en la idea del progreso, en la búsqueda de la libertad…, sea el inicio del memorando del amigo.

Juan García y Nelsa González

                             El compañerismo compartido en aquel viejo instituto de la Calle Real, en donde los anhelos nos deleitaban con sorprendentes inocentadas propias de la edad y que, poco a poco, se iban acrecentando en unos seres adultos, forjándonos en futuros ciudadanos. Fuiste poeta y soñador de mundos sutiles como cantó líricamente el más romántico de los mortales. Tus versos nos hacían viajar por rutas imaginarias con la picaresca de un adolescente.

                             Fuiste un gran maestro en el rescate de lo olvidado del arte musical y, al mismo tiempo, creador nato de nuevas maneras de interpretar lo popular con el afanado interés de mostrar lo mejor del momento. Pendiente siempre de la evolución cultural pueblerina. Preocupado especialmente por el patrimonio, adquiriendo una formación autodidacta fabulosa, con amplias perspectivas de plasmar lo aprendido en diferentes proyectos.