Deseo reivindicar el nombre de “La Recova”, un calificativo
nuestro para la actual Plaza del Mercado, usado en otras islas, que es revivir
un pasado bullicioso y popular en el desarrollo comercial, social y cultural de
Santa Cruz de La Palma. Es tan original que encierra historia y un compromiso
de renovación. En 2001 ha sido rehabilitada y remozados sus aledaños.
Me evoca a bienestar y confianza en términos de calidad y
cercanía al cliente, que busca el mejor producto del campo, buscándolo de
primera mano. Los agricultores llegaban desde la media noche ofreciendo lo
fresco y garantizado para obtener resultados fabulosos en las cocinas
hogareñas. Oscilaban entre las hortalizas, frutas, quesos, producciones avícola
y hortícola… Los hábitos cambian y las adquisiciones de nuevas formas toman
distintos derroteros en el sector primario.
La peculiar construcción de estilo colonial con linterna, poliédrica
octogonal simétrica, en medio del patio de planta rectangular y puertas de
salidas con cantería negra, opuestas y amplias, una por la avenida El Puente
(Rambla de Cuba) y la otra por la calle Díaz Pimienta (Cuna), presenta en la
parte superior cristaleras, que dan bastante iluminación e indican sobriedad y
cierta elegancia, que atrae la atención de los visitantes al observar sus
puestos de venta y lonjas. En su fachada principal se halla una cornisa
rematada por maceteros y un plinto central donde se lee 1876, año en que se
levantó, siendo finalizado en 1884 por el maestro de obras José Felipe de Paz
Pérez, sobre las ruinas calcinadas del antiguo cementerio y jardines del
convento de las Hermanas Dominicas, ocurrido en el incendio de 1827. En tiempo
atrás, las últimas dependencias reseñadas, poseían una misión específica en el
contorno mercantil del recinto.
Anteriormente, fue Hospital de Dolores, datando su fundación
en torno a 1514, que había sido la primera constitución benéfico-sanitaria de
La Palma y lugar de acogida de niños abandonados a sus puertas, de ahí la Casa
Cuna, al borde del barranco de la misma denominación, cuyo cauce bordeaba el
margen afectado por dicho complejo cívico.
En diciembre de 1822, Manuel Díaz Hernández (1774-1863),
beneficiado de la parroquia Matriz de El Salvador, expuso ante el pleno del
ayuntamiento la necesidad de trasladar dicha institución, que fue concedido por
real orden de 14 de junio de 1842, al convento de Santa Águeda de las monjas
claras, actual emplazamiento, porque en tales fechas se iba a suprimir por
causa de la desamortización y que lo fue definitivamente el 28 de diciembre de
1837. Los motivos fueron por su insalubre calidad y estar en el centro
poblacional, lindando con el mencionado accidente geográfico cuyas corrientes
imperiosas han puesto en consternación al vecindario y, además, tiene cortada
la corriente de los alisios por la manifiesta orografía.
Hay ejemplos en otras ciudades del archipiélago, que avalan
la originalidad del vocablo y fortalecen la razón de ser rescatado del olvido.
En Santa Cruz de Tenerife el homónimo de Nuestra Señora de África, en memoria
de la esposa del General Serrano en tiempo del Mando Económico, se ha
intercalado su antigua nominación sobre la portada o frente al puente de
acceso, recuperando la imagen tradicional con el proyecto de restauración de
las diferentes zonas. El compromiso con el pretérito ha hecho que en el
logotipo municipal, guías y callejeros conste lo comentado. La ubicación del
Centro de Arte La Recova en la plaza de la Madera es una muestra de
extraordinario valor cultural en el recuerdo e historia santacrucera. Estas
mismas alusiones se materializan en La Laguna (Tenerife) y en la recogida de
alimentos organizada por la propia entidad municipal (Mercado) y la asociación
de voluntarios de Alerta Médica destinados a los Asilos de la capital
provincial, Aguere y Comedor de la Noria (La Milagrosa).
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