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domingo, 4 de agosto de 2013

PACO PAREDES

                               Ha pasado algún tiempo, tres años, desde que murió Francisco Ángel Martínez Paredes (1955-2010), conocido artísticamente como Paco Paredes, y aún perdura su recuerdo. Murciano de nacimiento y palmero de adopción afectiva. Hoy, sin lugar a duda, podemos contemplar la vida y obra del presente protagonista, un hombre de gran talla humana, un profundo amante de su trabajo responsable y comprometido. Forma parte de la historia isleña, poniéndolo de manifiesto en su dilatada trayectoria profesional a cambio de nada.
                              En mi opinión el paso de los días no sólo no invalida, sino que acrecienta la figura de un ser que vino con una misión determinante y que después se convirtió en una personalidad relevante y señera en todos los estamentos sociales de Santa Cruz de La Palma. El paso de los meses ha contribuido a acentuar los perfiles del actor y ex director de la Escuela Municipal de Teatro Pilar Rey y la humanidad patente por sus alumnos. Brevemente completaré la perspectiva del mismo con objetividad necesaria para entender mejor el carácter calidoscópico del maestro. 
                             Entregado vocacionalmente al servicio de lo que amaba y preocupado hasta su muerte repentina, ocurrida en la madrugada del domingo 27 de junio, mantuvo sus conocimientos actualizados y el interés por lo que tenía relación con el pensamiento y cultura, destacando en sus cualidades y buen hacer.
                            Por su popularidad los titulares de la Prensa se hicieron eco de la triste noticia de su óbito: La Palma llora la muerte del actor. “La corporación municipal lamenta… esta terrible pérdida y se une al dolor de su familia […]. La capilla ardiente… ha quedado instalada en el Teatro Circo de Marte, respondiendo a la petición expresa de sus allegados y al deseo manifestado […] de ser despedido sobre las tablas de un escenario.
               […] el alcalde ha querido destacar la categoría humana y el alto grado de compromiso… que tenía con su trabajo y con la Escuela Municipal de Teatro, cuya dirección asumió en 2007. […] valoró el esfuerzo renovador que estaba llevando a cabo y, en especial, su entregada contribución a las fiestas de la Bajada de la Virgen. Se encontraba de hecho preparando en la actualidad las funciones del Carro Alegórico y Triunfal, así como del Carro-Pregón y colaboraba además con la puesta en escena del Festival del siglo XVIII y otros números. Trabajó durante doce años en la Compañía Nacional de Teatro Clásico, como actor de reparto y participó en decenas de montajes junto a algunos de los principales nombres de la escena española, como Fernando Delgado o Raúl Sender”. (Diario de Avisos. Lunes, 28 de junio de 2010, p. 8. LA PALMA).
                           “Que le hacía entender el teatro como compromiso y función social para transformar la realidad. Apasionado, creativo, serio en el trabajo, responsable, metódico y autoexigente como actor… Eduardo Vasco […], remitió una carta desde Almagro (Ciudad Real) para hacer llegar el profundo pesar que todos los integrantes sentimos por la desaparición de nuestro querido compañero. No era uno cualquiera, era uno de los actores más dispuestos y apasionados que hemos conocido, respetado y apreciado como pocos, era un ejemplo constante de dedicación y compromiso en el trabajo y un estímulo desde lo personal para todos aquellos que tuvimos el privilegio de tenerlo cerca durante los años que integró nuestro elenco.
               Un gran actor, muy temperamental, de aquellos que entran en la carne del personaje. […] su formación partió de la mejor escuela que existía en la época con César Oliva en su ciudad natal, haciendo teatro clásico. Era un trabajador nato, una gran persona, un gran amigo, colaborador y seguro de lo que hacía…”. (Diario de Avisos. Miércoles, 30 de junio de 2010, p. 14. LA PALMA).
                          Cuánto me alegro, cuando leí en el Decano de la Prensa de Canarias (da) del miércoles, 12 de junio de 2013, sección de LA PALMA, que Carmen Asensio, la viuda, había donado a la Biblioteca Municipal de Teatro Antonio Abdo el material relacionado con el universo teatral de su pareja, quedando para la memoria de la Isla y que consiste en libros, cuadernos de dirección personales, agendas, fotografías de montajes, carteles firmados por otros de reconocido prestigio con los que trabajó, grabaciones, efectos…, cuando se cumple el tercer aniversario de su lamentable desaparición. 
                         Me consta que su labor fue encomiable en la formación actoral de niños, jóvenes y adultos, porque fueron muchas las ocasiones de observarlo en tiempo navideño por los distintos barrios de la capital, pisando fuerte entre la simpatía de las asociaciones de vecinos y entendidas.

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