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domingo, 27 de abril de 2014

HONOR IN MEMORIAM A SUÁREZ

                              Resucitar pasiones nos hace más nostálgicos o comprensibles de nuestro pasado personal e intransferible. Aquellos primeros años de transición, del régimen franquista a la democracia, fueron novedosos por su importancia en la transformación de una sociedad contemporánea e exigente a la participación de los españoles en la vida pública para ser respetados y reconocidos sus derechos en libertad. Serían difíciles a quienes tomaron la responsabilidad de dar un giro de 360º.
                              Lo sobresaliente en Adolfo Suárez González (1932-2014) es que inspiraba confianza e ilusión, después de la muerte del Caudillo, en una lucha por ofrecer una nueva forma de vivir abierta al mundo aceptando la Constitución de 1978. El país despertaba sosegado de un sueño a una realidad inesperada envuelto en circunstancias presentes.
                              El suarismo no fue algo que sirviera de catalizador nacional, sino impulsor en el poder político como fundamento de la Unión de Centro Democrático (UCD) conjuntamente con la derecha y la izquierda de España, tanto exiliados o no.
Jurando su cargo
                              Con la falta de coordinación, ausencia de consenso entre los elementos fundamentales del pacto constitucional surgiría la ruptura y posterior dimisión del primer presidente más admirado por hombres y mujeres de cualquier condición. Amigo de los amigos y consciente de las necesidades de allá y de acá, de un pueblo formado por 17 piezas de un solo puzle.
                              El tiempo sirve de testigo para pasar al epílogo, como descripción de un excelente gobernante en el quehacer cotidiano de los entes gubernamentales. Fundador del Centro Democrático y Social (CDS), nuevo partido, que es el suplemento de la etapa final en la que puso todas sus esperanzas para volver a la Moncloa. Nadie discute su labor esencial confirmada, –no quiero que el sistema democrático de convivencia sea, una vez más, un paréntesis en la Historia de España-, por él mismo.
Congreso de los Diputados. Tribuna 
                              Me cautivó su grata presencia indiscutible e incuestionable, desarrollando sus dotes de seducción y simpatía. Mostrando humanidad y compromiso para conseguir mucho en tan poco intervalo, cambiando el sistema administrativo  para convertirlo en una democracia occidental.
                              Ocupa un sitio de privilegio con un legado histórico destacado, que significa un repaso a los acontecimientos de la época. Debe ser un compromiso social para estar a la altura de quienes fueron capaces de situar al Estado en donde le corresponde en Europa, fortaleciendo el proceso de integración y conjugando la audacia con la prudencia pertinente en un contexto de máxima dificultad económica. En resumen, puso por delante de los intereses personales y de partido el del conjunto.

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